Escuchamos juntos la tersura de la noche que no cabe en nuestros cuerpos. Es una delicia cerrar los ojos y sentir la frescura de tu aliento sobre mis párpados... El abrasante aliento que corre por mi cuerpo. Me miras y sé que me poseerás con la fuerza de tu deseo constante nunca satisfecho... Con torturante lentitud sacas las correas y te observo preparar los amarres de hebras románticas que hacen brotar luz, y mi intimidad se inunda con desesperación acuosa... Mi Ideal, te deseo de
el sueño como si fuese arrullo de los cuentos... Tu sangre recorriendo todo mi ser transformándose en lava dentro de mí... Dueño absoluto de mi esperanza y mi piel, rey ígneo de mis madrugadas. Mi Consumación.
Tus huesos me atraen a ti y mis entrañas te acogen derritiéndome tu ardor que como vestido mojado se pega a mi cuerpo... Mi bien divino que despierta mis deseos a su capricho. Entrega de profunda fe. Abiertas las rodillas, abierto el corazón. Mi Certeza.

En la euforia de la penetración escucho el canto de los hombres que no amé y en tu abrazo inmenso los envuelvo; nuestro amor se expande y alcanza para todos. Mi Júbilo, profundo y brillante a un tiempo. Sumisa por completo a tus manos soy tuya, enteramente tuya porque sólo en ti encuentran acomodo mis anhelos. Deseosa, quemas mi piel y aceleras mi sangre, estremeces mi cuerpo alucinado, enrojeces mis glúteos y los marcas con tus delirantes manos en dulce locura... Mi Señor. Pudor lúbrico que alcanza la perfecta ósmosis ignorando ya quién es el fuego y quién es la estopa. Dios nos contempla en este amor de cuerpo y alma que no se amaina en una sola noche. Mi llanto brota incontenible y susurro en tu oído que te pertenezco totalmente desde antes de nacer. Me devoras con ardor de sacerdote enamorado, con ansia que se desborda por tenerla siempre escondida, como si acariciase por primera vez unas caderas desnudas de mujer...

Todavía maniatada, me ofreces confiado en nuestro amor los tesoros de tu magnífica hermosura. De espaldas a mi cara te sientas en mi rostro y me obligas amorosamente a engolosinarme de tu entrepierna, de tu profunda oquedad donde sabe a miel, a búcaro, a rocío de la noche, a campo, a carne y alma de hombre entero, a sueño, a poema, a quietud e inquietud... A ilusión. Así, lloro de gozo y placer. Dichosa ventura vivir en tu piel.

Desatas y besas mis muñecas mirándome con la brisa de tu sonrisa que, automáticamente, todo lo enternece. La música de fondo sigue al son de nuestros blandos besos. Acurruco mi cuerpo dolorido entre tus brazos, y sigo soñando con tu amor...
Enteramente tuya
Carolina Gálvez
atc@criticarte.com
Como un niño Carolina Gálvez
Tócame Carolina Gálvez
Mientras el sol aguarda por salir Carolina Gálvez
Sólo quería más de ti Carolina Gálvez
Hasta amanecer Carolina Gálvez
Sangre y Miel Carolina Gálvez
Derrama tu líquido ardiente Carolina Gálvez
Comentarios de Marcelo Racca desde Argentina

Pocos escritores americanos del género de Carolina Gálvez , han merecido mi atención , y ninguno dentro del hispanismo "eróticos" ha despertado tanto interés como la autora de "Hasta el amanecer", y "Sangre y miel ", entre otras, en mi persona y en la de lectores amigos de habla española. Se escribe copiosamente sobre este género...[+]

Publicado el 29 de Marzo de 2008
muerte... Con amorosa firmeza juntas mis manos para atarlas por encima de mi cabeza. Cierro los ojos, pero vuelvo a abrirlos pronto porque entre la oscuridad atisbo el brillar de tus pupilas, tus rizos negros, la llama prendida de nosotros mismos. Tus ojos que calientan y penetran devoran mi cuerpo desnudo vestido sólo de sombras, el perfil de mis piernas brillando en la penumbra... Me recorres con las yemas de tus dedos y mi piel se torna eufórica; los hundes en mi sexo animado por tu voracidad que se acrecienta, y siento violentos espasmos mientras eyaculan todos los poros de piel. Mi Plenitud

Acercas tus caderas a mi cara y mi boca acepta el ultraje... Empujas con furia una y otra vez hasta derramarte y bebo tu líquido aperlado y tibio. Necesito sentir tu sangre recorriendo mi ser para, por fin, conciliar