Como un niño. "Soy como un niño al que das placer de hombre" dijiste en medio de una vorágine de placer envueltos por la madrugada. Sí. Así, como a un niño, mi mano te conducirá al paraíso de inefable ternura y pasión desbordada. Con melodiosa seducción cual forma suavísima del pecado. Deja tu inocencia a mi merced y te proporcionaré caricias que no conoces. Déjame recorrerte con mis manos y con mi boca... No tengas miedo... Abrázate a mi pecho deseoso y te prodigaré las más ardientes caricias. Te mostraré mis terrenos inhabitados, los que nadie conoce. Mi páramo. Los recovecos que hacen estallar a una mujer en llamas. Te mostraré todo mi cuerpo sin limitaciones... Puedes tocar, olisquear, morder, contemplar. ¿Me quieres boca arriba? ¿Con mis senos al aire en todo su esplendor? Si quisieras puedo abrirte mis piernas para que con tu mirada alucinada recorras cada milímetro de mi piel, tal y como lo haces con tu juguete más preciado. Soy toda una mujer ofreciéndome gozosa al deseo incólume en arrebato amoroso. Te enseñaré mis escondrijos con cautela, con ternura: éste es mi monte de venus... estos mis labios, mi clítoris... ¿Quieres probarlo...?

Soy únicamente para tu placer. Para tus ojos, para tu tacto, para tu boca. Nada te es negado. Recórreme entera. Desnúdame lento. Mi núbil amante que quema con dulzura mi piel ante sus ojos de guerrero. ¡Que el goce me reviente el alma! Mi niño, mi niño terso, transparente, entra en mis entrañas y eyacúlame el alma. Mi niño de sueños alados, límpido. Siente el ardiente corredor de mi vagina. Mi niño de ojos fulgurantes, de sonrisa infantil y luminosa, parece que te rodea un halo eléctrico... Haz tuya mi carne y mi espíritu. Ternura de mujer y niño. Tu dulzura inocente está cargada de imaginación vasta, viva y arrebatada. Tócame firme y atrevido. Goza sin frenos de la infinita variedad de mis encantos, da rienda suelta a tus instintos, deja satisfechas tus ansias, regodéate en la contemplación de los más íntimos rincones de mi cuerpo desnudo y abierto hasta encontrar el arco iris, símbolo de la alianza con Dios. Con tus manos temblorosas acaricia con suavidad la curva de mis caderas... Siente cómo el placer te excita a tal grado que sólo la magia de nuestro amor es capaz de satisfacer, y deja mi vagina deliciosamente colmada. Eclosión de amor. Lléname de caricias puras. No temas nada... Sigamos haciendo de cada noche un paraíso hasta quedar extenuados, colmados. Oliéndonos la piel y mirándonos a los ojos no hay culpables... es un regalo de Dios.

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Como un niño
Carolina Gálvez

atc@criticarte.com

Tócame Carolina Gálvez
Enteramente tuya Carolina Gálvez
Mientras el sol aguarda por salir Carolina Gálvez
Sólo quería más de ti Carolina Gálvez
Hasta amanecer Carolina Gálvez
Sangre y Miel Carolina Gálvez
Derrama tu líquido ardiente Carolina Gálvez
Comentarios de Marcelo Racca desde Argentina

Pocos escritores americanos del género de Carolina Gálvez , han merecido mi atención , y ninguno dentro del hispanismo "eróticos" ha despertado tanto interés como la autora de "Hasta el amanecer", y "Sangre y miel ", entre otras, en mi persona y en la de lectores amigos de habla española. Se escribe copiosamente sobre este género...[+]

Publicado el 25 de octubre de 2008