ARCO y Méjico en la Feria de Madrid

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Pecera con canarios en el interior. Obra en ARCO´05
¿Y qué espacio tiene en la pared? Fue la pregunta de un galerista a su cliente captada circulando en un pasillo de ARCO en la sesión inaugural reservada a los coleccionistas y la prensa. La fruición compradora (Una media de 65,000 dólares por galería fue reportada en ventas) se desataba a pesar del bombazo de ETA en las proximidades de la entrada de la Feria, que tan sólo consiguió dificultar la aproximación al recinto por unas horas.
Juan Muñoz "De la identidad del desierto"
ARCO acogió por primera vez a un país latinoamericano como invitado: México. Atrajo con ello a sus coleccionistas y facilitó la difusión de sus artistas en la vieja Europa, además de empujar el aparato institucional gubernamental para usar la imagen cultural como exportación. Fondos públicos utilizados para sostener intereses de galerías individuales. Frida Kahlo y Gabriel Orozco convertidos en símbolo de lo mexicano oficial, aunque el propio Orozco se distancia de esa identificación. Hasta ahora, ninguna presencia nacional invitada en ARCO ha originado tanto revuelo y atención en toda la ciudad de Madrid como la de México (Incluso se instaló un espacio de difusión turística entre los pabellones de la Feria). La producción artística mexicana es banalizada unas veces en su presentación internacional, y en otras es desechada por exótica y folklórica cuando no responde a los requerimientos del estilo internacional al que mayormente se someten muchos de los artistas presentados en la feria. Otros artistas se distancian de esta imposición del mercado actuando en la periferia de lo Ferial, lo que comentaré en próximos artículos.
Rafael Lozano Hemmer "Caguamas sinápticas"
ARCO cumple su edición 24 y necesita posicionarse ante las establecidas como Art Basel -con una intensa atracción para el comprador multimillonario- y la feria de Basilea, y la jovencísima Frieze en Londres que provoca gran expectación. La condensación de obra en dos pabellones repartida en casi 300 galerías superaba el nivel de recepción asimilable por un visitante. Caminar por los pasillos desorientado y ávido del encuentro gratificante con la producción artística, se transformaba después de horas en un agotamiento visual que reducía la asimilación perceptual. Las obras salían al encuentro de la emoción como regocijo sensual. El arte se convertía en experiencia estimulante inmediata o se desechaba por conocido, mediocre o insulso.
Javier Marín "Cabeza de mujer"
Una feria de arte no es un museo ni una galería. Es un dispositivo comercial para intercambiar una mercancía. La experiencia artística acaba por ser delegada a un rango de inmediatez transitoria. Si uno se entretiene en exceso, no ve el resto del arte ofrecido en los stands, que por su propia arquitectura de permeabilidad circulatoria provocan además el desorden de cualquier plan previo de recorrido. Moverse es el imperativo. Desechar lo conocido y atesorar el encuentro es la consigna. ¿Qué has visto interesante? Es la pregunta obligada en el ocasional y continuo hallazgo de personas conocidas.
Colectivo El Perro "Democracia 05"
ARCO no se limita como otras ferias a la convocatoria mercantilista. Supera en gran cantidad al número de visitantes de otras ferias, aunque no sean compradores. Desde el inicio se forjó como una cuasiBienal-anual. El público que circula por los stands durante el fin de semana es una "fauna" distinta a la que asiste a la pre-inauguración. ARCO aparece en la mente de la población y la difusión mediática como evento cultural. Muchas galerías ofrecen estrategias alternativas no comerciables que marcan tendencias artísticas de los circuitos de creación actual. ARCO convoca acciones y reflexiones teóricas en torno al mundo de la producción artística aunque, sin embargo, convive con su existencia como lugar para adquisición de "bienes" culturales que ofrecen, con su posesión, el rango de distinción y exclusividad: La colección de arte como diferenciación elitista, inversión monetaria y disfrute estético.
Berlinda De Bruyckere "P. XII"
Daniel Rozin "Wooden Mirror"
Aunque en la feria de ARCO´05 no predominó una disciplina artística, la pintura, consecuente con la rumoreada primacía desde hace dos años apareció con una presencia tangible desplazando las disciplinas de fotografía, escultura e instalación. Sin embargo, las piezas que atraían la atención del público fueron esculturas, instalaciones o de movimiento por su carácter de inmediatez efectista dentro de panorama bidimensional. La obra de Juan Muñoz con una despejado espacio que centraba la percepción relajada sobre una figura tumbada al fondo, la obra "Wooden Mirror" un cuadro octogonal, del ingeniero israelí Daniel Rozin, de múltiples piezas móviles de madera –pixeles- que crean la representación del espectador desde la cámara situada en el centro de su superficie (Tres piezas vendidas a 70,000 euros). La disposición de caguamas girando sobre una mesa siguiendo un programa de algoritmos de simulación neuronal de la obra de Rafael Lozano-Hemmer atrapaba al visitante, del mismo modo como lo hacía la pecera con pescados que contenía en su interior un espacio de cristal con canarios asombrados y temerosos de esos peces deslizándose en el medio líquido. Ariel Guzik con sus artificios mecánicos, robots-arañas que desarrollan una sinfonía de sonidos de percusión que hacían de la obra un espectáculo contemplado como seres galácticos por una multitud de visitantes. Una imponente cabeza escultural, de Javier Marín -de quien el Museo Amparo en Puebla presentará el 25 de Febrero su "Retroperspectiva"- dominaba el área de ARCO Latino. La figura renacentista parecía ejercer la contraparte a la obra de Berlinde De Bruyckere, un caballo de resina recubierto con piel auténtica y extendido sobre el suelo. Así mismo, otra llamativa obra en tres dimensiones era la crítica a la democracia con las escenas de tortura en la cárcel Abu Grahib de Irak realizada por el colectivo "El Perro".
"Las dos Fridas" en ARCO´05
La presencia mexicana seleccionada por Carlos Ashida y Julián Zugazagoitia abarcó un total de 17 galerías, de las 60 u 70 galerías existentes en la república mexicana, muchas de las cuales no habría superado la selección que ARCO establece para el resto de los participantes. Un stand institucional de México acogía un único cuadro de gran formato, "Las dos Fridas", ante el que se formaba una larga línea de público para contemplarlo de cerca. La veneración ante esta obra contenida en una vitrina concreta una dualidad entre lo devoto y lo irreverente. Una contraposición entre la admiración por una etapa genuina mexicana y la etapa de subyugación a un estilo internacional del que es deudor gran parte de lo mostrado en las galerías de tendencias actuales.
Alfredo De Stefano "Linea de Luz"
Nuevos Ricos en galería Kurimanzutto
La variedad presentada, no obstante, refleja sólo parte de la amplia diversidad de arte contemporáneo mexicano, oscilando entre los valores consolidados como Francisco Toledo, Felguérez, Fernando García-Ponce y propuestas alternativas de renovado impulso visual y sociológico de Héctor Zamora, Yoshua Okón, José Luis Jiménez, la mercancía y música electrónica de "Nuevos Ricos", o la caligrafía irregular sobre una sábana blanca de Mayra Silva. México en Arco, dentro de la numerosa presencia de galerías internacionales no incide necesariamente, pero deja abierta la curiosidad a la creación distintiva del imaginario mexicano. Tan sólo en específicas estrategias se constituye ese vocabulario simbólico efectivo, propio y genuino producto de la dinámica de la identidad local mexicana. Varias galerías de otros países también traían entre sus pupilos a mexicanos como es el caso de las fotografías de Alfredo De Stefano. La peculiaridad mexicana llega a destacarse más en el ámbito creado por el centro comercial "El Corte Inglés", el cual se unía a la atención prestada a México en Madrid. Situaciones como el exotismo y la religión, la pobreza, el narcotráfico, la violencia, la inseguridad ciudadana y la acción política están mayormente ausentes en el discurso artístico-comercial de la escena de la feria, aunque algunas piezas aludan a esa problemática.
Máximo González, Haydeé Rovirosa con Marta y Vicente Fox en el stand de Art&Idea
La obra de Máximo González con su extrovertida autoestima alcanzó al propio Vicente Fox que al pasar por la galería Art & Idea se detuvo ante la pieza de pasamontañas, rifle y camisola con carrillera confeccionada con chiles pasilla, la cual brindó al presidente la oportunidad de comentar a los Reyes de España las particularidades comestibles de la obra. Este intersticio donde lo social emerge parejo con lo estético aparece también en la obra de Daniel Lara con sus fotografías de casas de cartón y techos de lámina bajo el título "Unidades Habitacionales", quien también presentó un carrito, caja de bocina donde los CDs, emblemas e iconografía arman con el sonido un reflejo de las vivencias autóctonas más actuales de México.
Daniel Lara "Unidades Habitacionales"
Daniel Lara "Modelo Audiovisual"
Acabada la Feria aún continúa en Madrid la representación de México con revisiones de museos y propuestas de intervenciones en diferentes ordenes electrónicos y de creación plástica, sobre las que continuaré reflexionando en el próximo artículo "ARCO periférico ARTE mexicano"