Velia Gloria Vega Trujillo
Andreas Maximilian Von Groll
Ana Laura Santillana
Elisa Olivares
César Gordillo Aguilar
La sexualidad y el erotismo han sido temas recurrentes en la historia del arte y de las civilizaciones desde épocas primitivas. Ligados de manera recurrente al tema de la fertilidad nuestras culturas prehispánicas no han sido la excepción y deidades como Xochipilli o Xochiquetzal son ejemplos claros de ello, cuatro siglos de ocultamiento del tema de lo erótico y lo sexual llegaron a entrar en crisis en los fines del siglo XX ante el avance desproporcionado del aborto, el sida o la pornografía, de pronto nos dimos cuenta que era fundamental hablar y discutir sobre estos temas antes que afrontar las consecuencias de embarazos no deseados, abortos en niñas menores de edad o una incultura galopante manifiesta en las exorbitantes ventas que registran hoy en día las industrias editoriales dedicadas a la pornografía.

Y ante ésta cruda realidad el arte en nuestro país no podía quedarse atrás, comenzando hacia los años 90s expresiones como los salones de arte erótico, exposiciones centradas en torno al erotismo y el cuerpo como temática o las tan controvertidas semanas lésbico-gay en el Chopo de la Ciudad de México. En Puebla mientras tanto, salvo un honroso salón de arte Erótico que se realiza todos los años bajo patrocinio de los organizadores y unos pocos artistas (y al cual el acceso es restringido y por invitación) la reflexión sobre temas como el erotismo, la pornografía o el sexo no habían encontrado lugar en los espacios culturales de primer nivel en nuestra ciudad.

"Acuse de recibo" de Ramón Almela es así una propuesta innovadora en el ámbito de una ciudad con casi 10 años de retraso en el abordaje de estos temas, pero así como en su trabajo Almela señala un retraso de casi 40 años en la industria de las "Sex Shops" en nuestra Ciudad (hecho que me permito cuestionar), así también es importante evaluar esta propuesta artística en el contexto de un entorno amplio nacional y mundial por lo que desde esta perspectiva me permito hacer un "Acuse de Recibo":

Acuso recibo de la apertura de la dirección de artes visuales ante una propuesta que en otros tiempos hubiera sido plenamente vedada en nuestros espacios culturales.

Acuso recibo del artista al enfrentar el tema desde una posición no tradicional donde el espacio de exposición se ataca como un todo espacial.

Acuso recibo de las denuncias que Ramón Almela expone ante la manipulación ideológica a la que nuestra sexualidad ha sido sujeta y que nos ha llevado a la des-información y a recurrir al ocultamiento.

Pero:

No acuso recibo ante una propuesta que (tal vez por descarnada) a momentos raya en lo obvio y en la cual solo en piezas como las tres cabinas minimalistas (remembranza de las cabinas porno europeas o norte-americanas) encuentro una propuesta plástico-espacial que pudiera ser novedosa.

No acuso recibo ante la necesidad que hoy tenemos como sociedad de encontrar propuestas personales de nuestros artistas plásticos que lleguen más allá de la simple denuncia y el enfrentamiento.

Y con esto quiero decir que una propuesta como la que enfrentamos el pasado Viernes 3 en la Sala José Manzo de la Casa de la Cultura, y que a más de uno le "movió el piso", es valiosa por su apertura en un contexto donde las temáticas del sexo, la pornografía y el erotismo están claramente vedados, pero que si queremos remontar nuestro atraso en el tema con respecto al resto del país y al resto del mundo nuestras propuestas plásticas tienen que ir más allá de la denuncia y abordar el ámbito de la propuesta en pro de superar el enfrentamiento por sistema que en nuestro país poco a poco va perdiendo la fuerza que en otros tiempos tuviera para pasar a convertirse simplemente en redundancia.
Acuse de Recibo. Réplica crítica y recapitulación