Acuse de Recibo. Réplica crítica y recapitulación

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Vista general de la sala desde la entrada
Culmina el arduo proceso de instalar y exponer esta propuesta que enfoca un tema vedado al público de Puebla: Pornografía y erotismo, en arte y como reflexión socio-religiosa. Las reacciones temidas por los responsables de Cultura no se han materializado en el público como ocurrió en algunas ocasiones del pasado, lo que señala la maduración creciente. El director de la Casa de Cultura, Ariel Asuara, ejerció un cuidado y tacto extremo, bajo un criterio obtuso y anquilosado, manteniendo cerrada en un extenso horario la sala durante la primera semana, lo cual imposibilitó a muchas personas visitar la instalación. Mantenía cerrada la sala con otras excusas defendiendo los "valores" de la sociedad poblana y protegiendo al público familiar de ser expuesto a tamaña inmoralidad. ¿Fue resultado de una opinión personal o una responsabilidad de gobierno?
Vista de la sala desde la zona media
Y coincidentemente, me pregunto: ¿Se utilizó el mismo criterio y responsabilidad de control al ser retirada de la Casa de Cultura la proyección de la película "Amén" los programados días sábado 18 y domingo 19? Tampoco se exhibió en las pantallas comerciales aunque fue anticipada. La cinta plantea el tácito respaldo que las autoridades eclesiásticas daban al genocidio judío bajo el régimen nazi. La acción de censurar es tratada actualmente en una muestra de la Casa de Cultura mostrando cómo fue utilizada expurgando libros en la biblioteca palafoxiana. La misma acción de censura, paradójicamente, se ejerció sobre "Acuse de Recibo". La censura es la prohibición por parte de la autoridad de difundir opiniones, escritos o imágenes que consideren contrarios a los principios morales, religiosos o sociales que rigen la vida de una comunidad. Y eso es lo que se intentó con la dificultad en visitar la exposición "Acuse de Recibo".
Gerardo Ramos Brito y Ramón Almela el día de la inauguración
Bajo similar circunstancia trabajé con Gerardo Ramos Brito, director de Artes Escénicas y Visuales, adecuando el mensaje, al cobijarse la exposición en una institución del gobierno, disponiéndolo para una sociedad reticente -al menos en el pasado-. Hubo que ceder a la censura, pero Gerardo Ramos mostró un carácter valiente asumiendo su papel de director de una institución que, al tiempo de impulsar la atención a las artes, trata de difundir una mentalidad cultural más abierta y contemporánea. Se atrevió a exponer el tema intuyendo que había llegado el momento de la transgresión de lo acostumbrado. Podía haberse negado a tomar el riesgo de mostrar esta controvertida instalación, por lo que hay que reconocer y agradecerle su apoyo.
Sostenidos en la doble moral
Y, sin embargo, la recepción de la instalación ha sido bienvenida en la apertura planteada con la sexualidad. Innumerables anotaciones en el libro de visita lo atestiguan (En breve irán apareciendo en la página de internet de "Acuse de Recibo" en criticarte.com). El anticipado rechazo moral no se materializó. El público fluye por la exposición interesado, confirmando el bloqueo que la sociedad ha impuesto a la sexualidad y demandando una mayor apertura y aceptación de la realidad sexual. Por otro lado, el patente rechazo externado en las anotaciones del libro de visita parten de actitudes prejuiciadas contra mi persona, o que manifiestan una orientación teórica sobre el arte contrapuesta o muchas veces desconocedora de lo contemporáneo. La mente de esos visitantes iba bloqueada, de entrada, para captar el planteamiento de la instalación y tan sólo servía para confirmar la construida opinión sobre los españoles, gachupines, que llegan a criticar al poblano, o a "vender los espejitos". Y otros con la idea de Ramón Almela como artista frustrado que actúa como crítico de arte. Y algunos, incluso, escribiendo calumnias y falsedades extendidas sobre mi persona por algunos miembros de una anquilosada familia poblana. Tan sólo opiniones de gente que confirman el grado de estancamiento en el que se encuentran.
Sexo y religión
Reconfortante, sin embargo, ese cúmulo de anotaciones entusiasmadas agradeciendo que se haya logrado realizar este tipo de muestra que les llevó a cuestionarse el mismo concepto de arte. Esta instalación no sólo ha logrado incorporar al arte contemporáneo, a nivel público de Puebla, la reflexión sobre la sexualidad y el arte, sino que a través de ella mucha gente se enfrentó a un modo de presentación artístico que rompía sus esquemas previos.
Sin divorcio, sólo anulación
Y naturalmente, la crítica de arte tenía que llegar, consecuencia de la misma corriente que inicié al impulsar la crítica en mis escritos. La crítica como una saludable discusión de posturas artísticas que ocasionan diferentes planteamientos artísticos, lo que algunos perciben como enfrentamiento al comentar y poner por escrito las ideas. En esta ocasión, ejerceré mi derecho de réplica a los comentarios críticos sobre la instalación "Acuse de Recibo" aportando unas clarificaciones a la discusión teórica. Quiero enfatizar que la crítica correcta es la que parte desde el mismo planteamiento teórico y contextual que origina la obra. Enjuiciar una obra con ideas de estética formal bajo las cuales no se concibió esta instalación empuja a no comprenderla. Del mismo modo que al escuchar el lenguaje mexicano, un español ha de re-situarse para la comprensión de muchos vocablos: pararse, fregar, coger... Si se obstina en su acepción española, no entenderá su significado, pues para él significan: detenerse, lavar, atrapar.
Vista de la sala desde el final
He sabido de opiniones críticas sobre mi instalación centradas en la idea que existe pérdida de artisticidad al ser una denuncia o enfrentamiento, o cuando la obra "raya en lo obvio". O que la instalación carecía de objetivo claro, o también que no había un estilo unificado. La sustancia de la instalación no se encuentra en las particularidades y en la condensación de ideas determinadas que, bajo una lectura errónea y desorientada captan como piezas aisladas, sin tener en cuenta que es el contexto conjunto y relacional que se presenta, y no tan sólo ese elemento sobre el que han posado su vista. Y todo el asunto visual -que juzgan como "obvio"- es el apoyo para el juego conceptual de "Acuse de Recibo". No es una exposición titulada "Sexualidad y Puebla" o "Pornografía y religiosidad"... No. Es en el impacto mental y carga emocional logrado en mucha gente que se halla la esencia de la instalación. Es un juego conceptual que tan sólo acaba de iniciar en la exposición y continúa en internet en critic@rte "Acuse de Recibo" como extensión de la reflexión sobre nuestra sexualidad. Podremos quemar las piezas que desechan como "obvias", pero que fueron vehículo para un efecto conceptual materializado tanto en los que pensaban igual, como en los que evitaban de refilón confrontarse a la realidad. Con comprobante de recibo o sin él, la muestra ha creado algo, algo que hará contemplar la realidad, y siguientes exposiciones, de manera más crítica exigiendo más audacia del artista contemporáneo en Puebla. Es preciso alejarse del paradigma arte-mercancía-objeto que todavía sostiene mayormente al arte y que nuevas corrientes tratan de liberar. Véase en el festival Cervantino la obra del colectivo alemán "Adelin Morlon Art Direction" que afirman que en cuanto tienes que vivir del arte empiezas a hacer compromisos que no quieres y eso es la muerte del arte. "El arte como empleo o como posibilidad de hacer una carrera es algo muerto".
Escándalo
La instalación pudo reducirse prácticamente a los elementos de los cubículos centrales si me hubiera sujetado a un estilo conciso de ambientación estética habitual. Pero no era lo que pretendía. Y es que, desde luego, "Acuse de Recibo" es una denuncia y lo sostengo en contra de lo que opinen otros, como parte de la función del arte aunque no quieran aceptarla. El enfrentamiento resultante es consecuencia del ser de una denuncia. "Si callamos no avanzamos" reza un lema de un espacio televisivo. La palabra "acuse" puede ser leída también como acusación, queja, crítica. Quiero un arte alejado de la actitud estética-acomodaticia-monetaria en la creación desde los Ochenta. Hemos de contagiarnos de un arte que mueva conciencias y comprometa, quizás recuperando la utopía. Atrás ha de quedar la creación como objetivo material. Aquellos que creen que las propuestas personales tienen opción en una reacomodación de los mismos supuestos matérico-objetuales se arriesgan a perder el tren del arte-significación, arte-filosofía, un arte que congregue conciencias utilizando nuevos medios técnicos difundidos y copiados con la fidelidad que lo digital y la transmisión en la red de internet está permitiendo.
Matrimonio Santo Pecado
La instalación "Acuse de Recibo", que cerrará el 30 de Octubre, se sitúa en mi proceso de evolución donde elementos anteriores se interpenetran con nuevos conceptos que van tomando forma. Quizás pudo ser depurada y mejorada, ese es el asunto propio de ir transformándose. Son pasos de un ciclo más amplio que voy cubriendo, y que apunta hacia la noción de que el arte no debe reducirse al embelesamiento de la obra, sino funcionar como detonante de significados y planteamientos. Hay que impulsar la noción de un arte válido en contraposición a un arte inválido, continuador de conceptos del pasado.