Disolución o prostitución del arte;

Cuevas, y Barrio del Artista

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

José Luis Cuevas "Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas" Bronce, 2008

Mi reciente reflexión “La Función Social del Arte” sobre prácticas artísticas actuales que inducen en el espectador la reflexión  y el despertar de inquietudes y conciencia, reconsideración de la realidad impuesta, profundización en las razones que mantienen la existencia, se tropieza con las afirmaciones de un artista conocido del panorama expositivo mexicano quien afirma que “en estos tiempos el arte es desechable”, que “hoy hay una prostitución artística que da asco”, que el arte actual no es contemporáneo, que ese sí fue bueno, y que “hoy el arte está hecho por jóvenes cuarentones sin talento”; una actitud de menosprecio arrogante que no sostiene razones y desestima lo que no coincide con su actitud plástica.

José Luis Cuevas "Los mirones"
 
Acrílico tela, 26-XII-2007
José Luis Cuevas "Tiempo volar"
 
Acrílico tela, 14-II-2009
Uno de los imponderables de las prácticas visuales actuales es que se constituyen por diferentes concepciones y situaciones en la producción plástica. La diversidad y la pluralidad han sustituido la inclinación por ese “deber ser” de lo artístico; las tendencias artísticas no poseen las aspiraciones de antaño de convertirse en hegemónicas buscando abatir las ideas contrapuestas como se aprecia en la afirmación del  individuo mencionado que ensalza el arte contemporáneo  como el arte bueno  –en el que inscribe su producción- y que afirma no tener parangón con el arte actual.
José Luis Cuevas "El último canto del cisne" Aguatinta, 2007

La convivencia de las distintas tendencias se define en su autonomía, no en la antinomia; es decir, su objetivo se centra en producir no llegando a ser aniquiladas por el mercado, en vez de ser determinadas por la contraposición bipolar intentando diferenciarse de la mayoría con ese encumbrado estatus  que se dispensaba al genio en el pasado.

JL Cuevas "Autorretrato de niño" Bronce, 2008
José Luis Cuevas "Animales impuros IX" Bronce, 1999

Una de las estéticas que prepondera  aún como paradigma teórico, y la cual sobrevive en el desenvolvimiento académico e institucional del arte es la estética idealista, a la que se sujetan muchos artistas que hablan del Espíritu y la congruencia entre la idea y la forma. Es posible adscribirse bajo su marco de actuación, el problema es que deriva en la dicotomía entre el arte

70 años del Barrio del Artista. Gerardo Marín
"Abstracto" Acrílico sobre madera
70 años del Barrio del Artista. Evelia Lima
"Energía gráfica" Óleo sobre tela
verdadero y el no verdadero, entre el “High art” y el “Low art”, concepciones que diluyen y disuelven la práctica de las artes visuales en la actualidad y que, por ejemplo, conducen a esas afirmaciones del individuo mencionado diciendo que el arte actual se conduce por unos derroteros abyectos que le provocan asco.
70 años del Barrio del Artista. Raymundo Cisneros
"Iglesia del Carmen" Óleo espátula sobre tela
70 años del Barrio del Artista. Rafael Méndez"Tauromaquia 13" Mixta/tela

De nuevo, es posible sondear bajo estas aserciones  los vestigios de un estética idealista. Se percibe el sustento de un “Ideal”, eso que designa lo bello producido por el espíritu humano en la obra de arte. La posición central del arte en el pensamiento idealista es que la forma artística es la manifestación del absoluto, de lo infinito; la finitud material de lo artístico es el vehículo de la revelación de la Idea. Así que son desechadas aquellas obras de arte que no se conformen a la consecución vital entre el espíritu y la forma, el concepto y la materia. De esto la vanidosa afirmación de este individuo sobre que el arte de estos tiempos es desechable.

José Luis Cuevas "Torema" Acrílico /tela, 28-IX-2005

Habría que indicarle a este personaje en cuestión, José Luis Cuevas, que sus ideas extremas se oponen a la praxis vital diaria, convirtiendo el arte en una escatología apartada de la realidad visual de la imagen actual, que sólo termina por mantener el ideal burgués de la autonomía de la experiencia estética condensada en un núcleo de normas de la Institución-Arte bajo el nuevo capitalismo cultural.

José Luis Cuevas "Van Gogh" grabado aguafuerte, 2004
José Luis Cuevas "Autorretrato #5" mixta/papel, 1-9-1997

Una exposición en Puebla en la “Galería de Arte Moderno y Contemporáneo” ofrece la oportunidad de discernir la obra de José Luis Cuevas, quien goza de una consolidada fama desde los años 70 y la retrospectiva de dibujo del Museo de Arte Moderno de París en 1976. Proveniente de los artistas de la “generación de la ruptura” en México, que en los Cincuenta reaccionaron contra la temática nacionalista hegemónica que ensalzaba el muralismo mexicano y la

caduca y anacrónica figuración revolucionaria, José Luis Cuevas desarrolló una actitud de rebeldía contra la programación política y social mexicana a través de escritos, escenografías teatrales, y su obra plástica, empañado de una actitud presuntuosa de autopromoción ostentosa y vanidosa. Un artista que ha sabido asumir su papel arrogante de promoción acentuando la excentricidad de su comportamiento, e incluso su forma de vestir (anotar cómo recibe en su casa cubierto tan sólo con la bata del baño) acorde a la etiqueta de actuación extravagante del artista actual tanto en sus modos como afirmaciones.

Su obra progresó desde un expresionismo de gestualidad intensa hacia una producción fundada en la problemática existencial surgida con la atención al soterrado ámbito del prostíbulo y el circo con la figuración de la prostituta, el loco y el enfermo que se patentiza en seres deformes  y personajes grotescos o monstruosos definiendo la particularidad icónica de su estilo que permea en las subsiguientes propuestas de  
representación ampliadas a su entorno común donde la corporalidad humana asume un papel protagonista. Su discurso y sello estilístico permanecen inalterados tras años como si esa agitación contestataria del comienzo se hubiera disipado, prostituido, en su parafernalia y éxito... obstinado en su manera de hacer, que abandona los ideales de su revuelta inicial como ocurrió con muchos de su generación. 
J. L. Cuevas "Animales impuros II" Bronce, 1997
José Luis Cuevas "Animales impuros XI" Bronce, 1997

En esta exposición se muestra un amplio repertorio de la obra plástica, donde las esculturas en bronce de la serie “Animales impuros” junto a algunos dibujos y grabados sobresalen validando el interés por su obra que, en cambio, decae al considerar la producción pictórica; en ambas, la dominante es el dibujo como línea o como frontalidad. Las formas humanoides y composición de sus esculturas adaptan siempre una apariencia aplanada que se conforma como dibujo en el espacio, acorde con la estrategia de la vanguardia moderna cuando los pintores comenzaron a realizar escultura.

José Luis Cuevas "El último canto del cisne" Aguatinta, 2007

Su realización pictórica se compone de cuadros de gran formato en acrílico donde se vuelcan las características de su grafismo: cuerpos contorneados, fragmentados y retorcidos que se funden en una masa amarga inaccesible que se anuncia como fatalidad estéril en un campo de color armonizado en clave análoga; es decir, pinta con el color reducido a la mínima diferenciación cromática destacando su valor tonal con el que conjuga los contrastes necesarios de una composición que sucumbe a la elemental centralización sin complejidades o búsqueda de

José Luis Cuevas "El Pintor Permeke y sus modelos"
 
Acrílico/tela, 28-IX-2005
José Luis Cuevas "Le Maison Clos" 
Acrílico/tela, 14-II-2009
expansión: todas las figuras tienden al centro del lienzo entrelazadas en una voluptuosa maraña corporal. Una producción figurativo-simbólica que revela el sentimiento de excepcionalidad de carácter anal que reafirma con su trazo espontaneo en la ejecución. Claves interpretativas que se sostienen también con el retrato y autorretrato preeminente entre su obra, elucidación del rostro ajustado siempre a los parámetros de su iconografía, donde destaca la misma obcecación junto a las ilustraciones y grabados con los que potencia la fantasía de su presentación imaginativa.
J. L. Cuevas "Animales impuros X " Bronce, 1997
J. L. Cuevas "Tauromaquia" Acrílico /tela, 23-I-2009

Esta muestra devela un Cuevas alzado por el mercado envuelto en esa maraña de la producción caligráfica directa, a la que llama pintura, destapando el ser de un artista intenso aferrado a un pensamiento petulante que deviene en materia plástica cuyo valor está sustentado en la autografía de la persona, más que en el valor de la producción artística de las piezas.

J. L. Cuevas "Animales impuros I" Bronce, 1997
José Luis Cuevas "Homenaje al lápiz" Acrílico /tela, 23-XI-1999

Una manera en que el arte se disuelve es en el gusto “Kitsch”, ese “anti-arte solidario del arte” como Abraham Moles lo caracteriza, que es una expresión de origen alemán traducida como trivial, banal. Se conforma como la expresión surgida como desarrollo de una masificación del arte debido al proceso industrializador de la modernidad, que origina una situación opuesta a la actividad de las vanguardias. Clement Greenberg identifica cómo, en este fenómeno cultural, “el arte se trivializa y el producto kitsch suprime toda participación inteligente del consumidor” ofreciendo sensaciones falseadas. El Estado se coordina con la producción del Kitsch como legitimación buscando la complacencia de la sociedad adulando las masas induciendo el descenso del nivel cultural.

70 años del Barrio del Artista. Adolfo Pérez
"San Luis" Óleo espátula sobre tela
70 años del Barrio del Artista. Ramón Rodriquez
"Mi rinconcito" Óleo espátula sobre tela
Buscando defender la atracción turística de la producción de arte poblano surgen los estudios de arte en unos nichos del Centro Histórico, en el “Barrio del Artista”, perpetuando desde 1941 una visión comercial de la representación del costumbrismo realista como arte trivial, carente de calidad, que peligrosamente se difunde con la impartición de clases a los que asisten a recibir lecciones de arte siguiendo pautas erróneas de la “Unión de Artes Plásticas”,  siendo muchos jóvenes desviados de sus habilidades en las artes plásticas engendrando una gran cantidad de artistas ignorantes que prolongan los desaciertos en la representación pictórica.
Pintura en proceso del Barrio del Artista.
Óleo sobre tela (Errores de desarrollo ambiental)
70 años del Barrio del Artista. Miguel Ángel Torres de la Cruz "La última pincelada" Óleo pincel sobre tela

Se celebran 70 años del “Barrio del Artista” con la exposición de 29 autores en las “Galerías del Palacio Municipal”. Lo peor, es que una institución cultural como el IMACP refrenda y alienta esta postura, confundiendo y degradando los valores artísticos al banalizar la sensibilidad del espectador. No hay una selección incluso asumida una inclinación “comercial decorativa costumbrista”: se da acogida a la obra que los artistas han decidido mostrar, exhibiendo en gran parte un total desacierto en los principios de representación, los cuales presumen y ostentan conservar como tradición de sentimiento artístico.

70 años del Barrio del Artista. Fernando Valencia
"El Cardenal" Óleo sobre tela
70 años del Barrio del Artista. Alberto Gómez
"Satinación" Óleo sobre tela

Sin desdeñar inicialmente la temática o método estilístico, se precisaría una atención más extensa para distinguir y separar aciertos y desaciertos en el tratamiento técnico, en el color, y en el valor tonal de las imágenes expuestas. Entendido el contexto en el que se originan, restrinjo la crítica a la

Barrio del Artista. Julián Villalobos "Quauhteca" 
Óleo sobre tela
Barrio del Artista. Luis Ojeda
"Ofrenda a un pintor" Óleo sobre tela
Barrio del Artista. Patricia Abrego" Tóchtli, último círculo de Mictla" Acrílico sobre tela
Barrio del Artista. Martha Rojas
"Vendedora" Óleo sobre tela
realización misma comparada con el marco de la tendencia plástica al que aluden.  Es decir, se percibe qué es lo que tratan de hacer, y compruebo qué logran de lo que pretenden: su obra denota la enorme distancia que falta. La obra de algunos autores (Julián Villalobos, Patricia
70 años del Barrio del Artista. Lurzhat "Jazmine" Óleo sobre tela
70 años del Barrio del Artista. Antonio Ruiz "Sulayez" "Alas" Óleo sobre tela
Abrego, y Cristina Guzmán) resulta impresentable y nefasta. Con otros artistas, el tratamiento de la figura humana parece limitarse a la habilidad de fundir la pincelada sin entender la interacción de la piel con el ambiente insultando al lienzo con esa focalización aislada de los colores que disocian las telas del cuerpo.  Aparte de algunas obras que articulan unas atractivas formas geométricas y abstractas de varios artistas, las obras realistas de paisajes del entorno poblano son digeribles, a pesar de esa estética de recorte contorneado donde falta la atmósfera. No obstante, en esta desastrosa muestra es posible rescatar algunos aspectos de las pinturas de Rafael Méndez, Aurelio Leonor, y Maglorio Moreno.
70 años del Barrio del Artista. Maglorio Moreno "Divisadero Chihuahua" Óleo pincel sobre tela
70 años del Barrio del Artista. Aurelio Leonor "Diurna Paz" Óleo sobre tela

Dos ejemplos, entre Cuevas y el “Barrio del Artista”, donde el arte se prostituye o se diluye en varias formas enmascarando el auténtico impulso artístico que produce la renovación mental, la resistencia a los valores impuestos, abriendo sendas para la exploración de la imaginación y enriquecimiento de la sensibilidad no sujetas a la dictadura del mercado y lo comercial.

Publicado el 6 de Diciembre de 2011