III Bienal y Victor Guadalajara delatan la confusión de géneros en la plástica.

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Abordaba hace dos semanas en un artículo "III Bienal de Los Ángeles, tres pasos adelante, dos pasos atrás" la problemática advertida en la selección de la III Bienal de Los Ángeles de la U. Iberoamericana. El amplio rechazo de muchas obras, que apuntaba pudiera no ser por falta de calidad y madurez, sino por exceder el criterio del grupo del jurado. Además, proponía la reconsideración de esta Bienal como muestra del dinamismo de arte actual y distanciada del cariz de simple concurso mediatizado por un criterio estrecho de selección en vez de presentar una amplitud propuestas y estrategias de la inquietud artística contemporánea.
Victor Guadalajara. Escudo Ascendente. 2001
Las obras en la exposición de Víctor Guadalajara "Acorazados II" en Entre Estudio & Galería (41 Poniente y 23 Sur. Ex Hacienda la Noria. Puebla) apuntan y señalan también a la estrecha y confusa percepción de los géneros que se ha detectado claramente en el desarrollo de la III Bienal. En ésta se incluían las disciplinas o géneros de Arte Objeto y Arte Textil ¿Qué hay acerca del Arte Cerámico? ¡Ah! ¿Si? Dirían que eso es una escultura hecha de barro cocido, Entonces... ¿Por qué llamar Arte Textil a lo que está hecho de tela sea un diseño bidimensional o tridimensional? La Neográfica aparece en el encuentro estatal de Arte Contemporáneo y ¿Qué hay de la Neopintura? Se utiliza el tipo de material como la justificación de pertenencia a un género. Eso es un completo desatino como si se llegara a clasificar como arte mural a toda pintura realizada con sustancias acrílicas que, recordemos, fue precisamente desarrollada con tal propósito. Puede verse como las obras de Víctor Guadalajara se resisten a ser incluidas como pinturas por su afirmada tridimensionalidad que revela una aspiración escultórica desde su disposición perceptual en la pared.
Anabel Castro. "Traje destilador de datos". Premio de Arte Objeto en la III Bienal
Y aunque no hay discusión todavía acerca de la calidad de las obras seleccionadas en la III Bienal, hay que señalar la gran confusión de disciplinas que revela el premio en Arte Objeto que es de similar factura al que en la II Bienal fue merecedor de una mención como instalación... cuando ambas obras caen plenamente dentro del rango de la escultura. También aparece entre los premios una mención dentro de Arte Objeto a una pieza escultórica con todo lo que la obra tiene de sutil apariencia y evocación siendo una intervención sobre un objeto, pero que no deja de ser una escultura exenta.
Luz Elvira Torres. Obra de Arte Objeto en la III Bienal de Los Angeles
Es preciso una reflexión teórica profunda y sustentada para dilucidar y aclarar este tema descartando visiones simplistas. Si apunto sobre esta cuestión es porque he ahondado en el tema desde mi tesis doctoral en la que establecía un marco teórico válido para abordar este tipo de obras que navegan entre la pintura y la escultura. A pesar de la extendida realidad de la fusión de los géneros de las artes en este periodo postmoderno, la situación es que se sigue agrupando los géneros bajo los términos ortodoxos conocidos empleándose su distinción para los concursos y referencia a las obras como se ve en la convocatoria del Encuentro Estatal de Arte Contemporáneo donde, de nuevo, arte objeto parece substituir a la escultura como género que englobe toda creación tridimensional, o aparece la Neográfica. Por mucho que se abogue por la indeterminación de los géneros artísticos en las obras plásticas, su distinción se impone para referirse a ellas y para el proceso de manejos financieros de las becas y otorgamientos de premios. Aún y a pesar de la explícita ambigüedad de género de muchas obras, el crítico y el historiador o comentarista y reportero cultural tienen que utilizar un esquema de referencia útil y común. Se precisa un marco teórico adecuado desde el que plantear la distinguir entre las obras que se ajustan a los parámetros tradicionales y las que transgreden esos esquemas perceptivos, originando nuevos sistemas organizativos.
Victor Guadalajara "Escudo-Vaina" 2001
En USA los escritores de arte utilizan una multiplicidad de nombres para referirse a las obras resultado de la práctica de fundir las características esculturales con las pictóricas. Un análisis adecuado revela la incompatibilidad y el mal uso de muchos de los términos usados. Se refieren a ellas como esculturas pintadas, pinturas construidas, esculturas sobre el muro, ensamblajes,... y así una veintena de nombres. No he hallado nunca obras referido con el término utilizado aquí de "Arte Objeto". El material del que estén hechas las obras tampoco es parámetro para su clasificación y dilucidación de género. El arte textil se engloba como producto de diseño en el que de seguro hay un contenido artístico, pero que no lo hace merecedor por tal de una nueva clasificación como arte distinguible de la escultura o la pintura. Una pintura muy bien puede estar formada por hilos sin tener que figurar como arte textil.

¿A quién corresponde la responsabilidad de elegir cuando una obra pertenece a uno u otro género o de crear nuevas disciplinas? El artista puede estar en su derecho de presentar su obra bajo la disciplina que desea pero, responde al confuso entendimiento de lo que supone se trata arte objeto u otros géneros. ¿Alguien ha desarrollado un marco claro que identifique este tipo de obras? Al final en un certamen como en la Bienal las obras se juzgan con las premisas de preferencia personal de lo que el jurado piensa en qué consiste ese género, aunque no se haya desarrollado una adecuada reflexión sobre el problema. Y lo que no se debía permitir es el ignorante rechazo por parte de los que asumen papel enjuiciador de certámenes cuando desconocen la dinámica del arte actual y carecen de herramientas conceptuales para abordar la complejidad que el arte contemporáneo presenta. Este tipo de jurado se erige con autoridad teórica careciendo tantas veces de capacidad de lectura de las obras. Hace unos años una exposición de arte objeto en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México trajo más confusión que clarificación pues cualquiera que trabajara una obra tridimensional con objeto o sin objeto era incluido. No iluminó la situación de la escultura como término relativo donde diferentes rangos de tridimensionalidad y en diferentes contextos crean diferenciaciones de género.

Así no se trataría de simplemente cambiar la denominación, sino de esclarecer con precisión, los parámetros con los que poder clasificar este tipo de obras para que no ronde esta confusión sobre el carácter de las obras.

Victor Guadalajara. Insecto. 2001
En las piezas de Víctor Guadalajara, la textura y la materia son componentes tan esenciales como las estructuras de forma trapezoidal, triángulo truncado e invertido, formando un díptico simétrico. El lienzo parece inflarse conteniendo una abstracción constructiva. Los ejes verticales o transversales sostienen el interior y crean el aspecto de forma hinchada del lienzo sobre el que extiende sutiles capas texturadas de encáustica en un ensayo formalista eficiente y ya convencional, pero que en combinación con el soporte volumétrico adquiere una relevancia diferente. Sus propuestas resultan más exitosas en las conformaciones minimalistas donde la forma y la textura se adecuan y complementan en una tangible inmanencia que articula la percepción de trascendencia del espectador. En la obra pictotridimensional de Victor Guadalajara se unen de modo concreto la aspiración del arte a la inmanencia por la objetualización que hace del lienzo y a la trascendencia con la abstracción matérica que evoca un singular universo orgánico centrado en la vida como escudo de protección