Angulación y Espacio para la Reflexión

-Roberto Rugerio y Jose Valderrama en el D.F.-

Ramón Almela. Doctor en Bellas Artes

Roberto Rugerio en la Revista Origina "Tras la Metamorfosis del Espiritu" Texto de Rocio Cerón
Dos artistas de Puebla muestran su obra en estas fechas en el Distrito Federal. Roberto Rugerio en El Aire, centro de arte, (Reforma 17, Tizapán, Alvaro Obregón, Tl. 5616-6222) como seleccionado en un proyecto de la revista "Origina" que abarca el año entero para mostrar la obra de 12 artistas mexicanos reconocidos internacionalmente. Pintura y Escultura con las que Rugerio prosigue su adentramiento en la sensualidad de las formas y el color.
José Valderrama, aunque no es nacido en Puebla, comienza a integrarse de plano en las aportaciones poblanas desde que se trasladó a esta ciudad. Con la formación arquitectónica y la maestría en pintura en San Carlos desarrolla una personalizada visión con un lenguaje conciso y firme engendrado desde una actitud figurativa. Valderrama inaugura hoy, miércoles 15 de Marzo, una colección de sus dibujos en el vestíbulo del Palacio Legislativo de la Cámara de Diputados (Avd. Congreso de la Union 66, Colonia El Parque).
Aunque distantes entre sí, los dos coinciden en la reflexión de sus vivencias a través del discurso figurativo. Pero, no se detienen en la muestra esquelético-narrativa de los acontecimientos. La materia, el óleo y la cerámica como en Rugerio o el grafito en Valderrama, contribuyen a una reflexión de su mundo. Los dos se situan en una escala de iconicidad en la que la dimensión pragmática de la obra se equilibra adecuadamente entre el significado vertido en la forma-gesto y los contenidos propios de la plástica material. Se vislumbran posibilidades latentes que necesitan de tiempo para abrir una brecha en un lenguaje trangresivo que conjugue sus propuestas. Se aferran todavía en su plástica a la configuración que las formas necesitan para cumplir su función representativa. ¿Podrían, diríamos, confrontarse a una "re-reflexión"? Un flexionar aún más la articulación del ángulo de sus obras para que no se cierren en la "tragedia" sin salida;?. Acentuar el "drama" por el que se articula el ángulo. La etimología de "ángulo" es desde su raiz griega "gon" que nos aporta el sentido de rodilla, engendrar, nacimiento, junto a "go" como juego: Conjugar es practicar lo angular para descubrir lo originario. Estos dos artista precisan angular su obra para no caer en la "agonía" (sin ángulos), y a través de esa conjugación encontrar su originalidad.
Roberto Rugerio modela en el lienzo un discurso unitario escénico donde apreciamos una calidad en la sutileza del color texturado en matices que hacen aparición entre el fondo que actua a modo de grisalla madre. Sus obras, tanto pictóricas como escultóricas, esgrimen formas humanas angulándose. Aquí podemos hallar lo referido anteriormente por lo que estas obras parecen indicar en Rugerio su dramatismo y tendencia a la angulación, (pre-sentación de la conjugación de las articulaciones con las que intenta ahondar su propio misterio originario). Esto mismo marca el camino por el que conducir su investigación. Sus colores han experimentado una derivación hacia una gama más
restringida entre ocre, naranja y verdes conjugados como complementarios quebrados, alejados ya del contraste rígido que acentuaba en sus obras anteriores. Sus formas se entroncan activamente y se delínean con el trazo negro y se modelan a través del cambio de destellos de luz en los dobleces del cuerpo. Rugerio sigue centrando la presentación de las formas como elementos contra el fondo. Los mejores resultados plásticos aparecen, sin embargo, cuando los elementos de la figura se disuelven en conjugación con el fondo que la acoge.
En su incursión con la cerámica, con figuras voluptuosas mostradas como torsos eroticotormentados, la plasticidad de la forma entra en conflagración con el color adosado como dripping, aunque les aporta un dinamismo en vitalidad y sensualidad. Son formas que se niegan a permanecer estáticas. Fluctuan con el entorno en iluminación, resistiéndose a envolverse con el ambiente y homogeneizarse. Se desprenden del entorno e independizan como la vida. Son entes que ex-sisten e in-sisten y que no sólo se pre-sentan. La vida se palpita en las formas que Rugerio nos comunica. Materia dando iluminación a reflexiones vitales y experiencias de la vista y el tacto.
El trabajo de José Valderrama resulta inquietante por la contraposición de los términos que lo describen. Íntimo y al mismo tiempo descarado. Firme y contundente, aunque tierno y amable en su espontaneidad. Al mismo tiempo, en la obra confluyen actitudes óptico-visuales y la actitud conceptual; es la contraposición de la línea y la sombra. Figuras y personajes homogeneizados son trazados sobre el fondo inmaculado. Desnudos femeninos son delineados como acercamientos. El grafito deja una impronta grasa de negros intensos en los que la goma de borrar se enzarza ágilmente produciendo gestos sutiles y luminosos. El enmarcado brota de robustos rasgos de lápiz que encuadra la composición, creando otra composición en sí misma. Angulación ortogonal que restringe y posibilita al mismo tiempo.
Pero el propósito de la obra no se agota en su propia ejecución. Una mirada atenta a la intención discursiva de los dibujos nos da la respuesta y entrega la pregunta.

La narración se deleita en la configuración del espacio. Es como un arquitecto -que además Valderrama lo es- trabajando el espacio inmaterial que no podemos constatar o aprehender, sólo sentirlo. Tabiques y estructuras no son la propia arquitectura; tan sólo contribuyen a manejar zonas, a dirigir la luz, a soportar el material, el color, que en conjunto expresarán la realidad del espacio que es intangible. Así mismo encontramos la obra de Valderrama compuesta de elementos concretos que encauzan nuestra visión a la expresión del espacio cotidiano. Construye dibujando, levantando personajes anónimos y concretos que simbolizan las propias condiciones humanas. Nos habla de la soledad, del cuestionamiento, la frustración contenida, de la charla y de la ausencia; de la desintegración de la sociedad. De la tremenda ausencia del ser. Identidad estrellada contra la mirada proyectada al vacio que el muro crea.

Y este vacío que sentimos llega a aparecer como la propia autoreflexión del artista que se exterioriza a golpe de goma y grafito sobre el papel. Es el enmarcado despliegue a la estrategia del pensar. ¿Podemos pensar sin encerrarnos? ¿O implica una invitación a pensar para abrir esos límites que la realidad nos impone?

Valderrama presenta sus personajes en actividad de encuentro o confrontándose activamente contra el muro. Nos desvela el ser del hombre como "encuentro". Es una indagación en la naturaleza actual del hombre. El hombre se descubre y surge desde este ámbito de encuentro. Ámbito como campo libre de juego en el que se alumbran diversas posibilidades. El ser humano se construye en distintas fases a base de ámbitos de encuentro inter-humano que van componiendo su esencia personal.
Este entorno, que el claroscuro del lápiz crea entre trazos y líneas y que Valderrama presenta en sus dibujos, nos remite también al sufrimiento presente del hombre perdiendo su humanidad en la mascarada de la sociedad contemporánea. El hombre se situa, se "encuentra", en una sociedad saturada de elementos tecnológicos, que pretendían otorgar mayor autonomía a la persona, y que al contrario, están férreamente controlando al individuo con aquello que lo iba a liberar prometiéndole confortabilidad.
Los dibujos denuncian a través de sus imágenes la desolación del individuo. Estos seres sin cabello parecen uniformados previendo una sociedad futurista donde la individualidad personal ha desaparecido sustituida por la consigna comercial de preferencia, por un trabajo sistemático, un espacio controlado? Lápiz y goma que nos hablan del espacio que el hombre se está construyendo y del que pugna por salir.
El Dibujo una expresión contundente. José Valderrama

Es un proceso de análisis y síntesis, hermeneutica personal en el hacer diario de la praxis plástica, el dibujo se transforma en uno o en varios conceptos, convirtiéndose no sólo en una parte del sustento de una obra, sino se convierte en una obra por sí mismo, es decir, cuando logra expresar las sutilezas de la propia obra propuesta.

De alguna forma hay que eliminar todo lo que ya por sí mismo puede ser deducido, el soporte, formato y espacio ya no se relacionan como registros aislados, sino que nacen conjuntamente y dirigidos por el trazo y el tono, en términos generales la simplicidad y la noción de rechazo de las relaciones jerarquicas internas son afines a una conciencia minimal. La investigación pictórica como proceso de conceptualizar el vacío, no para llenarlo, sino para darle categoría de espacio, y así éste ya no es relacionable con el objeto, sino que pasa a ser accedido por él. Cuestión de identidad, pero no en la singularidad, sino en la pluralidad, de esta forma no hay accesorios ni muletas, el dibujo es por sí mismo una expresión contundente, con la seguridad propia de quien sabe lo que pretende en cada paso, pero ignora a dónde le conducirá.