La Verdadera Verdá ¡Ya nadie lo esperaba! Estamos asistiendo al final del camino donde la política cultural y social de los gobiernos es una basura no reciclable. Llegamos a la esquina donde hay que dar vuelta y repensar nuestros modelos de convivencia y formas de gobierno.

Los administradores de nuestros dineros creen que la creación de una política cultural es para después. No saben cómo estructurar un debate que ponga a la cultura como el centro de todo y a la educación como su onda centrífuga. Por más que se educan no pueden ver la diversidad cultural que nos envuelve y condiciona.

No hay economía de palabras para prometer gasto social, infraestructura, seguridad, y sí autocensura para imaginar bienestar, acceso a mayores niveles de esparcimiento o una educación solvente capaz de remontar el atraso intelectual de un país en el que los políticos se han míado y cagado sobre nuestros derechos.

La cultura, el arte y la educación son temas individuales a tratar por separado, pero que van juntos en el desarrollo y bienestar, en la realización de aspiraciones espirituales o sensoriales del ser humano. Además de que la cultura da la oportunidad de reflexionar, lo que nos hace seres racionales, críticos y éticamente comprometidos. Tal vez a esto es a lo que le tiene miedo el Estado y evita a toda costa una hegemonía social.

Se menciona en la Declaración de México sobre políticas culturales, firmada en 1998, en el marco de la Conferencia Mundial sobre políticas culturales que "La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las posibilidades de realización de la especie humana, al movilizar a cada pueblo y a cada grupo para nutrirse de su pasado y acoger los aportes extremos compatibles con su idiosincrasia y continuar así los procesos de su propia creación". Las peculiaridades culturales no obstaculizan, sino que favorecen la comunión en los valores universales que unen a los pueblos. De ahí que constituya la esencia misma del pluralismo cultural el

reconocimiento de múltiples identidades culturales allí donde coexisten diversas tradiciones, apunta en el inciso 6 de esa declaratoria.

Estamos a unos días de las elecciones estatales y el voto como derecho debe de ser razonado, las propuestas enjuiciadas y el reclamo generalizado para su cumplimiento. Una vez más, pregunto: ¿Cuál será el destino operativo del Instituto Municipal de Arte y Cultura? ¿Le será asignado un presupuesto que lo consolide como institución? ¿Será una herramienta más en el tan cacareado plan de desarrollo social municipal?

Este fin de semana se llevaron a cabo dos actos significativos para la vida futura del desarrollo artístico y cultural de Puebla. El primero se dio el viernes con el inicio del Taller de legislación cultural en la Casa del Escritor, el segundo el sábado con el Foro de consulta "Puebla, ciudad del arte y la cultura". Fueron significativos porque incluyeron el manejo de la información como herramienta de soporte para la utilización de las leyes, los derechos, las prerrogativas y las exigencias en torno al quehacer cultural, sus decretos y leyes de fomento. La difusión de las leyes y el "empoderamiento" de la sociedad informada.

En el primero, aunque disperso y sin una guía clara se inscribieron 45 personas, la gran mayoría profesionales de las áreas de la antropología y sociología, y en menor grado de las artes, el derecho y el periodismo cultural.

Ya en una Verdadera Verdá anterior damos cuenta de la importancia de este taller que pretende dotarnos de la información legal que se ha creado en torno al asunto de las culturas y una de sus manifestaciones, la denominada Arte.

Además de la necesidad de que los ciudadanos conozcamos nuestros derechos y obligaciones, en lo referente a esto -que aún libra batallas por su definición y autonomía- ¿La cultura lo es todo? Parece absurdo apuntar que la cultura es también un derecho.

El taller utilizará instrumentos internacionales como el Pacto internacional de los derechos económicos, sociales y culturales; la Declaración de las naciones unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la Declaración universal de los derechos humanos, la Declaración de la UNESCO sobre diversidad cultural, Declaración de derechos de los pueblos originarios, derechos lingüísticos, razas y prejuicios sociales y más.

En este sentido y desgraciadamente todas las declaratorias son por definición cartas de buenas intenciones que no han alcanzado el nivel jurídico. Por lo tanto, la obligatoriedad no es referente en ningún país. Es el caso de la Declaración de Derechos humanos: las comisiones en todo el mundo sólo pueden aspirar a realizar extrañamientos o recomendaciones a las autoridades, y no pueden ejercer sanciones.

Por otro lado, el estudio de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos revertirá esa sensación de impotencia ante tantas declaratorias no asumidas en la realidad, ni apoyadas en su totalidad por los gobiernos firmantes. Por ejemplo, el artículo 27 de la Declaración de Derechos Humanos habla en su inciso primero que "toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten". ¿Sabe usted lector, en cuál artículo de la constitución dice esto mismo?

Ya entrados en gastos les reproducimos el inciso segundo que dice: "Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora".

El público expectante se abanicaba el calor con los programas de mano que marcaron el inicio de una temporada más. Era domingo a mediodía y nada indicaba que horas más tarde caería un chubasco otoñal. Para esta doceava temporada, del 7 de octubre al 9 de diciembre, casi todos los músicos de la OSEP portaban un listón o moño rojo que representaba una enérgica protesta hacia las autoridades que mienten al mencionar en el programa de mano que la sinfónica es una institución permanente y estable. Y esto, como siempre, no me lo contaron, lo vi con estos ojitos caídos por la resaca.

El concierto encabezado por Arturo Quezadas y estelarizado por la violinista japonesa Yuriko Koronuma fue un agasajo, si a eso sumamos la interpretación a "Cuadros de una exposición", el domingo ya era dominguito. De todos modos, no perdono la mala acústica y el terrible calor que genera el toldo de hule.

Me acerqué al Secretario de Cultura. Le dije que circulaban uno escritos en donde solidariamente los integrantes de la OSEP señalaban que es una mentira que sea una orquesta estable y permanente. Me miró molesto como asegurando que sus declaraciones no trabajan en domingo.

Adiós al día de descanso, los músicos querían hablar y la Verdadera Verdá, dijeron que les han reducido los sueldos en la medida que se decidió unilateralmente doblar la temporada a la mitad. Que no tienen contrato aún, y tampoco saben cuanto les van a pagar pero, de entrada, ya los pusieron a trabajar.

Más tarde supimos que es más una situación con Secretaría de Finanzas... Esperaremos.

Ante nuestra indignación por la falta de organización en los festejos a Diego Rivera, el Museo de Arte de Tlaxcala nos envía la siguiente información con motivo de la exposición: "El ojo mágico de Diego", que será albergada hasta el 11 de noviembre en el vecino estado.

Diego Rivera (1886-1957), uno de los pintores más importantes del siglo XX, nace en un México de contrastes y cambios del cual retoma diversos aspectos y ricas tradiciones para plasmar en su obra. Desde pequeño observa su entorno, experimenta colores, reconoce olores y se aficiona a sabores pero, sobre todo, guarda en sí el archivo visual que caracteriza la pasión de su trabajo.

Con un lenguaje propio, Diego sintetiza ideas a través del dibujo; disfruta cada detalle de su patria, los mercados, las plazas, la provincia, para transformar la realidad en arte. Otra característica del pintor es la constante búsqueda de sus raíces, el conocer su historia y encontrar de esta forma la grandeza de su tierra. Probablemente de esto surge el interés por coleccionar todo aquello que lleve impreso el paso del tiempo.

Diego Rivera plasma en cada una de sus obras la historia de un país contrastante y apasionante, las costumbres y tradiciones que cohesionan a su sociedad y sobre todo muestra anhelos e ideas sociales y políticas para el joven terruño. Amante de las fiestas y amigos, el pintor se deleitaba con saborear la comida, compartir su ser, una buena lectura y la discusión de ideas; así el ojo de Diego aprende a mirar más allá de los límites y provee de magia todo aquello que observa.

Contexto cultural

Diego Rivera nace en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886 y fallece en la Ciudad de México el 24 de noviembre de 1957. Pintor y muralista mexicano estudia en la Academia de San Carlos. Su obra, caracterizada por un gran contenido social, tendrá cabida en Bellas Artes, el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria y el Teatro de los Insurgentes, por nombrar algunos. Contemporáneo de Siqueiros, Orozco y O`Gorman entre otros, Rivera muestra la historia y costumbres así como los anhelos sociales de México.

Esta exposición, dirigida principalmente a niños y jóvenes, y de interés para todo el público, contará con instalaciones para interactuar, conocer y reflexionar con la finalidad de que el participante tenga un mayor acercamiento hacia la vida y obra del artista mexicano. Asimismo, cuenta con actividades dirigidas a la apreciación de la obra pictórica, monumental y de caballete de Diego Rivera.

La exposición "El ojo mágico de Diego" puede apreciarse en el Museo de Arte de Tlaxcala, ubicado en calle Guerrero número 15 de la ciudad capital y estará a disposición del público hasta el 11 de noviembre del año en curso.

Teléfono descompuesto

La semana pasada, una llamada telefónica a mi oficina de la Casona de Villa, me avisaba que Rafael Durá Durá, altísimo coordinador administrativo del feudo cultural, había presentado su renuncia al cargo con carácter de irrevocable, que ya estaba hasta la madre de las imposiciones que le impiden manejar la lana. El martes la ¿noticia? se publicó en un diario local y las llamadas a Secretaría de Cultura (SC) se dieron una tras otra. Una voz oficial que se identificó como parte del equipo de comunicación social me dijo que sí estaba la renuncia desde el lunes, era oficial.

El jueves otra fuente oficial de SC, también por teléfono, me decía que no, que acababa de hablar a su oficina y que era mentira lo publicado. El viernes, y otra vez por teléfono, me dijeron que en realidad al que parece que le van a dar aire es a Carlos Flores Mancilla, coordinador de Comunicación Social, la Verdadera Verdá no los entiende.

Ayer lunes, en rueda de prensa para dar a conocer la temporada de la Orquesta Sinfónica y como para no dejar dudas, hizo presencia Durá Durá, y no así el -hasta ayer- director de comunicación social de Secretaría de Cultura. En su lugar quedó Patricia Domínguez R., quien viene del mismísimo y dos veces descabezado DIF estatal.

De tu arte a mi arte

Metzcalli CuestiónArte, A.C. (4 norte 1610 A) le invita a invertir en obra original. Pintura, escultura, fotografía, grabado, dibujo, serigrafía o arte objeto, de distintos creadores avecindados en el estado de Puebla. Obsequie este fin de año o en ocasiones especiales un regalo único e irrepetible. Citas al 2 46 29 63 o 044 22 21 85 48 91.

Asesorías a preparatorias y universidades para la creación de sus departamentos de extensión cultural y talleres.