Puntual a su cita, Siegel se presentó acompañado de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, dirigidos por Alfredo Ibarra, quien no ocultó su emoción y sorpresa por el trabajo resultante de únicamente dos días de ensayos.

La sección de violines se mostró, los primeros minutos, temerosa en la contundencia de los acordes, tal vez un tanto escéptica ante la presencia del armonicista de blues y su grupo. Al paso del tiempo, la Sinfónica mostró calidad, incluso el sonido mejoró notablemente tras los señalamientos del propio Siegel y los músicos que, ya relajados, se explayaron interpretando la emoción causada por el blues sinfónico.

Cabe recordar que el director Alfredo Ibarra es definido por la crítica internacional como "un director excelso con talento virtuoso por su dirección y por su excelente gusto en la selección de autores". En este caso el programa se integró con el último movimiento de "Street Music, op 65", de 1975, y Tres "Pieces for blues and Orchestra, op 50" (1960) ambas del autor William Russo.

La segunda mitad de un concierto que se extendería por casi dos horas y media es ya inolvidable. Si la apertura fue una grata sorpresa suspendida a partir del blues sinfónico, mezcla del arrabal y los salones monárquicos, la segunda fue un maratón de sensaciones provocadas por el grupo Siegel-Schwall Band y la voz de la cantante y armonicista de blues Marcy Levy, coautora y ex-integrante de la banda de Eric Clapton y acompañante de Aretha Franklin, Stanley Clarke, Al Jerrau, Elthon John Y Phil Collins.

La fría noche de espectadores estáticos fue templada con la intensidad de las armónicas intermitentes, que hacían un duelo virtuoso e incendiario, intenso hasta el ahogo e interactuado por Jim Schwall en la guitarra, Rollo Radford en el bajo y el miembro del Salón de la Fama del Blues y también del Salón del Rock and Roll, Sam Lay, en la batería.

Una noche de lujuria en la que el demonio fornicó con diosas terrenales.

En la inauguración de la exposición "Espejismos: arte contemporáneo de oriente medio y norte de África" montada en el San Pedro Museo de Arte, se suscitó un altercado que atenta contra la libertad de expresión y la libre manifestación de las ideas. Se advierte en el texto de presentación: "El arte es un medio de comunicación que une e identifica a los pueblos sin distinción de raza, idioma o creencias religiosas; por más disímbolos que aparezcan a los ojos de otros espectadores, la idiosincrasia o costumbres de una región geográfica tan distante como es el medio oriente y el Norte de África..."

En este caso, algunos de los presentes atestiguaron que el embajador de Irán en México le exigió a Fouad Bellamine, artista invitado por el Festival Internacional Puebla 2007, descolgará la obra de su autoría "El origen del mundo", políptico fotográfico, por atentar a los principios, y a quien supuestamente amenazó de muerte.

La comunidad artística no puede permitir un atentado a la libertad de ningún creador al que se le debe respetar y proteger bajo las leyes mexicanas.

Cabe recordar que a la par de esta muestra se organizaron conferencias, ciclos de poesía, música y talleres para jóvenes, que se llevarán a acabo en el Museo Erasto Cortés (7 oriente 9) y en la Biblioteca Palafoxiana (5 oriente 5).

Ecocidio cultural

Uno de los considerandos que maneja la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultual Inmaterial, llevada a cabo por la UNESCO en París en 2003: "Convendría mejorar y completar eficazmente los acuerdos, recomendaciones y resoluciones internacionales, existentes en materia de patrimonio cultural y natural mediante nuevas disposiciones relativas al patrimonio inmaterial".

Definido en la misma convención como: "...conocimientos y técnicas ...junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que le son inherentes- que las comunidades, grupos e individuos reconozcan como parte inherente de su patrimonio cultural". Esto es, que identifiquemos los espacios naturales como parte importante en los desarrollos sociales y culturales.

Un ejemplo es la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Allá donde se defendió el territorio y comenzó el mito de una historia que hoy peligra porque la cultura global es más fuerte que la reconsideración histórica.

La economía de intereses por encima del desarrollo social. Esta semana comienza la construcción de un elefante blanco más, el nuevo Centro de negocios que incluirá hoteles, restaurantes, estacionamientos y áreas de esparcimiento, en un espacio de casi 70 hectáreas y con un costo de inversión de mil millones de pesos, a lo largo de 14 meses.

¿Cuántos árboles se derribarán?, ¿Cuántas de esas hectáreas perderán el color verde, el los proceso de fotosíntesis y el microcosmos existente? ¿Qué tanto se desgajarán los cerros adyacentes provocando, por la falta de árboles, inundaciones y desplazados?

En el Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se menciona en el párrafo tercero "...se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico..."

¿Es esta construcción de interés público, de beneficio social? ¿Se justifica el intercambio de cientos de árboles y espacios de recreación por un nuevo Centro de Negocios, precisamente en esa reserva ecológica? ¿Se habla en el Proyecto ejecutivo de espacios para la difusión cultural, para el arte? ¿Se habla de inyectarle vida a los espacios relegados por el Museo Imagina: El planetario, el Auditorio de la Reforma y el Parque Rafaela Padilla? Si la memoria histórica no fallara recordaríamos el Proyecto de la señora Zedillo ¿Muestras del neocolonialismo global?