Enigmas y paradigmas... o el cuerpo espiritual

Joquín Ríos Martínez. (cuestionarte@hotmail.com)
Diplomado en Administración de las Artes, y en Gestión Cultural
http://achtli05.blogspot.com

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Joaquín Rios KINO "Educación, ciencia, tecnología y arte, al nabo"

Dos homenajes totalmente justificados y afortunadamente en vida se realizaron en torno a la producción poética de Gilberto Castellanos (Ajalpan, Puebla. 1945), Premio Latinoamericano de Poesía Colima 1982. El primero dentro de las actividades del Congreso de Poética y Poesía organizado por la Universidad Autónoma de Puebla, y el segundo el 12 de noviembre por el Ayuntamiento de la ciudad, festejando también el día internacional del libro.

            Uno celebró los 21 años de su primer poemario El mirar del artificio, fruto del premio Colima. El otro su extraordinaria trayectoria como hombre entregado a la difusión cultural, al que hay que sumar sus colaboraciones en radio, sus años de periodista cultural y el largo tiempo que permaneció al "aire" el programa de televisión Puebla en la cultura.

            Gilberto Castellanos no sólo poeta, también pintor, dibujante y promotor cultural, fue entre 1970 y 1994 director fundador de Casa de Cultura en un muy importante momento para las artes plásticas y artes visuales, cuando el abstracto y el surrealismo hacían su presentación en Puebla. La irreverencia contra los FUAS.

En ese tiempo participaron los más innovadores artistas de aquellas décadas, como: Andrés Ortega, Bulmaro Escobar, José Lazcarro, Ramos Brito, Ramírez Osorio, Gonzalo Fernández, Fausto Salazar, Rodríguez Lozano, por citar sólo algunos pintores. En la fotografía recuerdo a Rosa Palafox, Everardo Rivera y a Lilia Martínez, no recuerdo si Ángela ya estaba exponiendo en Puebla a finales de los ochenta.

Tiempos de censura

            Dado que existían muy pocos espacios para la exhibición de arte actual en aquel momento, foráneos y avecindados intentábamos exponer en sus paredes. Mi segunda muestra de fotografía de desnudo fue censurada y desmontada de una de sus salas.

Las presiones de un grupo de personas que entonces tenían secuestradas páginas culturales en el Sol, en el Heraldo de Puebla y algún otro pasquín que no recuerdo tenían la suficiente influencia social para hacerlo. La intolerancia y la censura eran el pan de cada día de finales de los años Ochenta.

            Sin embargo en una acción totalmente valiente y arriesgada, el maestro Gilberto Castellanos desafió aquella valentonada inquisitorial de un endemoniado tribunal, y me propuso el vestíbulo de la Sala de cine (hoy sala Luis Cabrera).

Este espacio resultó muy apropiado ya que, ahí se congregaba la crema y nata universitaria y artística atraídos todos por los insuperables ciclos de cine de arte que se programaban, así que la muestra salió ganando. De 37 obras se vendieron 29.

Confrontación con sus espacios

            La censura rechinó y pataleó porque las invitaciones tenían una fotografía original con un desnudo femenino pegada a la cartulina y, las imágenes de la muestra estaban conformadas por tres series: Una tomada en edificios públicos de la ciudad, otra serie en atrios e interiores de iglesias y conventos, incluida la catedral, y una tercera serie en dos panteones de la ciudad, el francés y el municipal.

            La intención siempre fue confrontar los espacios diarios de los poblanos y su erotismo, tan callado, tan mocho e hipócrita. Aún así, esa colección con inevitables imágenes inéditas recorrió por invitación todos los espacios posibles (bares, cafés, estudios de otros artistas, galerías particulares y hoteles hasta 1993.

            Esta anécdota con Gilberto me ha hecho permanecer en Puebla 18 años. Y por cierto, en aquella época realizaba las curadurías otro incansable de la promoción del arte, el maestro Fausto Salazar.

Austeridad total

Fox le deja a Felipe Calderón un país desastroso, pobre, humillado y engañado. Le hereda los problemas sociales de pobreza, marginación y violencia extrema. A todo ello hay que sumar que seguramente se saldrán de la congeladora los precios de la canasta básica impulsados por los energéticos y una nueva crisis abarrotará nuestras alacenas.

            El jueves 16 de noviembre la Secretaría de Finanzas anunció su inteligentísimo plan de ataque. Recortar al máximo los presupuestos por rubros y ¡Adivinaron! la Secretaría de cultura va a carecer hasta de cultura. El sector educación, ciencia, tecnología y cultura recibirá 15 mil 717.3 millones de pesos, repartidos entre estas cuatro áreas.

            Las cuentas alegres dicen que este sexenio hay aproximadamente 100 millones de pesos para la Cultura, un promedio de 16.66 millones al año y no pueden hacer nada, ¡Puta madre! Entonces, ¡Qué nos espera! En lugar de robarse los activos, nuestros genios de la política deberían poner la cultura en el rubro de Desarrollo Social. Total, las finazas públicas descansan sobre los pocos asalariados que pagamos impuestos a huevo.

Publicado el 21 de Noviembre de 2006