La Ciudad de los Angeles en California sigue siendo el lugar por antonomasia de las producciones de largometrajes de animación con proyección global. Desde luego, otras áreas culturales como India, Japón, China, Rusia, Canadá o Europa impulsan sus propias industrias con aportaciones vernáculas y creativas de interés visual y cinematográfico, pero la industria de millonario alcance consumista, de una continua superación tecnológica, y expansión del bagaje histórico de relatos y narraciones, se produce desde este paradigmático lugar del espectáculo y el entretenimiento hacia donde todo el mundo pone sus miradas o ambiciones.

¿Dónde quedan situados los países latinoamericanos con la animación? La industria apenas despunta comercialmente, que no artísticamente. La animación ha sido atendida desde 1930 en cortos y largometrajes sufriendo de todas las fluctuaciones de la economía y la falta de distribución comercial ; es una desigual competencia con el descomunal aparato de realización y difusión que constituye la actividad de Animación en Los Angeles: todos los artistas apuntan sus carreras para llegar a situarse entre las grandes productoras como Pixar o DreamWorks que van reclutando

Los grandes estudios de animación buscan y valoran la especialización de las tareas: aprecian los individuos con un perfil destacado en la realización de áreas específicas. La idea hipostasiada de convertirse en animador ha originado un excedente en la oferta de animadores, cuando, por el contrario, se precisan profesionales en otros campos como el modelado en 3D, manejo del lenguaje de programación “Python”, del “rigging” en la construcción de la estructura tridimensional de los caracteres, del “shading” en la iluminación, y el desarrollo del “storyboard” para la visualización cinematográfica de la narración en la pre-producción.

Por otro lado, en la caracterización del perfil del animador, la exaltación de la tecnología con el manejo del software para animación como MAYA o FLASH impulsa un desdén o descuido en los fundamentos visuales del movimiento, el carácter artístico y el dominio de la expresión visual. Los recursos tecnológicos no suplen las habilidades comunicativas de la figura del artista-actor que es el animador.

Los destacados protagonistas de la animación en Los Angeles se forjaron desde su interés por el dibujo y el comic dedicándose muchos de ellos en sus inicios a la producción de animación desde estudios emergentes en el país de origen. Un ejemplo alentador es conocer la biografía profesional de estos artistas formados desde su pasión buscando desarrollar habilidades trabajando en la producción de películas de animación. Son un modelo de comportamiento para el creciente número de talentos que con el impulso interior de artista plástico no quieren entrar en el mundo del arte sino afianzarse en las producciones cinematográficas con su fantasía y entusiasmo, que es el

Estos cuatro artistas no se formaron culminando estudios convencionales. Manuel Almela, animador en DreamWorks, junto a Raúl García, director de animación, se forjaron desde sus inicios trabajando en la empresa madrileña “Filman” en la década de los Ochenta. Sus intereses les condujo a cada uno por diferentes derroteros que hoy los lleva, a Manuel, a ser a un responsable de animación en la próxima película de DreamWorks “The Rise of the Guardians” después de

Otro español, vasco, Igor Lodeiro, que como autodidacta se envolvió en la creación de imágenes por computadora cuando todo estaba en sus inicios anticipando el alcance de sus efectos aún antes que Steve Jobs constituyera la empresa Pixar, figura hoy en DreamWorks como coordinador responsable crucial de CGI (Computer Generated Images) en producción de películas tales como en la que ahora trabaja, “Madagascar 3”.

Y entre la generación joven educada prosiguiendo su instinto artístico está Javier Recio, quien descartó completar los estudios de licenciatura de Bellas Artes en Granada, España, desenvolviéndose como dibujante en áreas de escenografía y largometrajes en un estudio, despuntando con el cortometraje “La dama y la muerte” bajo su guion y dirección que en 2010 fue

La dicotomía entre la formación del animador y su construcción educativa general desde lo universitario se desarrolla en Puebla con la atención dedicada a la enseñanza de la Animación inserta en  planes de ingeniería o de diseño interactivo en varias universidades. Existen deficiencias al ofrecer sólo una generalización sin integrar los contenidos de las materias y desdeñar las áreas

Ante este panorama de la enseñanza de Animación en Puebla surge la oportunidad de crear una Escuela que atienda su desarrollo con diplomados y actividad profesional que involucre y desarrolle las habilidades artísticas desde el diseño de personajes al manejo de software de animación. Existe una cantera de artistas jóvenes dispuestos en este ámbito que no encuentran canalización al tiempo que crece la demanda por estas producciones en la publicidad y el

Este panorama debería estimular las expresiones de animación no determinadas por las pautas de la industria estadounidense, incentivando aportaciones de calidad surgidas de la idiosincrasia mexicana donde bulle el talento y el deseo, que necesitan ser apoyados desde los presupuestos gubernamentales. La estructura universitaria comenzará a sostener el crecimiento que hoy en día está en entusiastas individuos que impulsan producciones que marcarán trayectorias a seguir en una revitalizada industria de la Animación en el ámbito mexicano.