Norma y transgresión en las artes plásticas; Un alegato por el artista que critica

Ramón Almela. Doctor en Artes Visuales

Ponencia presentada en el Congreso Internacional "Universos Discursivos, la palabra que no cesa" Junio 2001 Puebla-Mexico DF
La crítica de arte se ganó a través de los siglos una reputación de conservadora y resistente a cambios como fuerza de intervención en el proceso del arte. En la exposición "Modern Starts" de 1999 en el Museo de Arte Moderno de New York fueron mostrados recortes de prensa sobre la exposición de Arte Moderno en 1913 en el "Armory Show" en New York. Resultó clarificador leer los comentarios críticos de periódico en esos días sobre el arte que llegaba de París. Obras de Gauguin, Van Gogh, Cezanne, Matisse, Picasso, Braque y Duchamp aparecían ridiculizadas en viñetas y despreciadas en textos. Retrocediendo unos años, la revuelta que el cuadro "Impresión, sol naciente" de Monet produjo en 1874 en la esfera crítica aportó el nombre con el que se conocería el "Impresionismo", que fue un término utilizado despectivamente por los críticos. Tiempo atrás hay que señalar el rechazo en 1864 por el Salón Oficial de la obra de Auguste Rodin "Hombre con nariz rota" indicando su ofensivo realismo y su presentación inconclusa. Rodin persistió en su visión que cambiaría la trayectoria de la escultura.
Auguste Rodin "Hombre con nariz rota"
En 1993, un editorial del New York Times ("Watch this intellectual space" New York Times. 15 Agosto, 93) tachaba de "chiflados" a los artistas del proyecto de performance "Arte-reembolso/Art Rebate" que expresaban la ambigüedad y compleja situación del emigrante ilegal en USA en la exposición "La Frontera". La pieza de performance consistía en entregar billetes nuevos de 10 dólares a 450 extranjeros que habían cruzado la frontera ilegalmente. Esta pieza desataba molestias sobre qué tenía que ver esto con el arte.
Marcel Duchamp "Desnudo descendiendo una escalera" n.2
También, el arte actual creado desde nuevas tecnologías con medios digitales y constituido en forma interactiva es tratado por la crítica con duda y reticencia. Los comentarios de Jed Perl en la revista "The New Republic on line" (www.thenewrepublic.com, 9 Mayo 01) considerando la exposición "BitStreams" del Whitney Museum trata el arte de la computadora con desdén afirmando que "juega tanto con el futuro que arriesga perder contacto con el pasado". La crítica trata de escapar de este incómodo terreno del arte. No resulta fácil escribir en este ámbito con ánimo propositivo adoptando riesgos emocionales e intelectuales, o presentando puntos de vista conflictivos.
Jeremy Blake "Station to station" (Imagen estática)
La crítica en México adolece de los mismos problemas que afectan a esta actividad en otros países. Un reciente artículo del periódico REFORMA explora la complacencia de la crítica y la dificultad de ser independiente en México (Periódico REFORMA, Sección Cultura. Edgar Alejandro Hernández "Juzgan complaciente a la crítica" 11 Junio 01) y señala que, además, falta un relevo generacional que vaya a la velocidad de los cambios artísticos. En esto se centra, en cierto modo, mi alegato por un crítico dentro de la propia disciplina artística de las artes plásticas familiarizado con la transgresión además de la norma. Se debate en el terreno de la crítica si conviene al crítico de arte mantener contacto con los creadores para conocer sus técnicas, temiendo que tarde o temprano los críticos acaben sepultados por sus compromisos con los artistas. Desde aquí se sostiene también mi tesis de la preferencia en la crítica realizada por un artista que escribe pues accede a los entresijos de la disciplina perteneciendo a la creación de la misma.

En la crítica actual se alcanza el extremo opuesto de lo acontecido ante las posturas vanguardistas del siglo pasado. Se propaga una complacencia con la aceptación de cualquier realización artística y con una patente falta de rigor en el análisis del arte. El manejo de la obra se convierte en un objetivo esencialmente económico. Esto ha convertido la actividad crítica en una manifestación o extensión del aparato comercial encargado de la difusión de la obra. La crítica de arte se perfila como institución de cultura utilitaria sirviendo sus propios fines e intereses. Se pierde la distinción entre el buen y el mal arte y un relativismo cultural se adueña de las artes.
Jeremy Blake "Station to station" Proceso en uno de los monitores de la obra.
La crítica de arte, principalmente la periodística, se tornó en reseña por influjo del entusiasmo financiero de los años 80 en el arte. La relación del arte con la política y la economía atravesó significantes cambios conformando un estilo descriptivo que cada vez perdía más contacto con la realidad vital del arte y con una actitud evaluativa como deber de la crítica. Así se transformó en un elemento del sistema del arte determinado por el turismo cultural y los imperativos del marketing artístico. Habría que preguntarse sobre las funciones que la sociedad delega al acto crítico. Terry Eagleton observa ("The Function of Criticism" Verso, London 2000) que la crítica ha perdido toda función social fundamental. La institución crítica nacida de un esfuerzo contra el estado absolutista en el siglo XVIII con libres y abiertas discusiones en política, cultura y economía, se ha transformado en componente de la estructura de relaciones públicas de la disciplina artística o un asunto absolutamente interno de los académicos.

El lenguaje de la crítica se ha convertido en abstruso y difícil, o bien condescendiente y descriptivo. Varios sucesos en Estados Unidos en 1984 afectaron a la crítica. Uno, la suspensión de becas para la crítica de arte del Fondo Nacional para las Artes, basándose en la opinión de John Beardsley que testimoniaba que la crítica estaba produciendo trabajos que eran "Hipócritas, confusos, e incoherentes" ("Clumsy, awkward, and incoherent". John Beardsley, "The art critics fellowship program: Analysis and recommendations". Reporte preparado para el National Endowment for the arts, Washington DC 1983, 1)Y otro, la falta de acción por parte de la crítica en 1989 para rechazar el trato que hacían del arte como obsceno e indecente en una serie de fotografías de Robert Mapplethorpe y Andrés Serrano por parte del National Endowment for the Arts (Fondo Nacional para las Artes). Estos fueron sucesos cruciales que determinaron la situación actual de la crítica donde el arte aparece desprovisto de función social y el crítico resulta prescindible.
Andrés Serrano "Cristo del pis"
Esta disminución del rol de la crítica en el proceso evaluativo también es originada por efecto del consumo. El árbitro final del proceso del mercado recae en el consumidor, y los parámetros de calidad son determinados por la venta; Es bueno si se vende. Cuando se hace evidente que la obra desea ser adquirida por más público, más se confirma su originalidad y calidad, aumentando, por tanto, el precio.

Otro grave inconveniente en la recepción de la crítica ha sido su tendencia academicista. Los escritos críticos prosiguen modelos teóricos encajonados en una jerga difícil de comprender por un lado, y por otro sujetos a preconcepciones. Se crean artículos de moda intelectual pasajera como los mismos estilos artísticos que deciden promover. Aquí podría citarse la acción crítica adscrita a una forma pre-empacada de arte como respuesta social basada en la teoría marxista. Esto fue evidente en el Primer Simposio de Arte Contemporáneo en la UDLA-Puebla ("El insidioso gusto de lo global. Arte para un siglo post-México". Puebla, México. Noviembre 2000) donde las intervenciones y directrices de valoración del arte, enmarcadas en el estudio de la globalización actual, estaban rígidamente determinadas por la teoría histórico-marxista de su coordinador Cuauhtémoc Medina, crítico de arte y curador proveniente desde su formación como historiador. El dogma ideológico que prescribe cierto método termina por excluir y rechazar un amplio espectro del arte que no se ajusta a sus parámetros.

Al mismo tiempo, la fuerte influencia ejercida por las publicaciones de tirada nacional cuando emiten un juicio dota la labor del crítico de arte en ellas con una importancia considerable. La prensa de gran difusión mantiene una línea oficial editorial. Los diferentes críticos empleados en ellas tienden a seguir una opinión similar tratando de no contradecirse, restando interés y tensión en el planteamiento crítico.

Es en revistas especializadas y prensa local donde el crítico tiene más libertad de movimiento intelectual pudiendo manifestarse sin control externo. Al mismo tiempo que se distingue entre la crítica publicada en prensa nacional y la limitada al alcance local, hay que diferenciar la reseña crítica de la crítica de ensayo. Las reseñas no pueden substituir al ensayo donde el crítico pone en ejercicio su sensibilidad y erudición adentrándose en las estructuras de la sociedad que la obra de arte revela, las relaciones metafóricas que se propugnan a través de los discursos artísticos y las vivencias humanas que desencadenan las imágenes.
Invitación a la expo performance "Arbol" en el Instituto de Artes Visuales de Puebla
Entre los problemas que originan esta situación actual de la crítica hay que contemplar la que se ciñe a la teoría, la perezosa o malpagada que no se molesta en asistir a las muestras o eventos. Como ejemplo, el comentario de una exposición (El Universal de Puebla, 6 de Diciembre de 1999.Víctor Arellano "Árbol") de alumnos de cuarto semestre del Instituto de Artes Visuales de Puebla fue totalmente inexacto. El reportero y crítico de cultura dedujo de la invitación a la muestra que se trataba de una predecible exposición de abstracción y realismo propia de estudiantes de arte y, sin asistir al evento lo comentó como tal, cuando nada era más alejado de ello. La muestra colectiva era una conjunción de performance y escultura donde a través de la idea del árbol y los cuatro puntos cardinales se conectaban las dos culturas indias de Centroamérica y Norteamérica con una sátira sobre la realidad de la sociedad actual. Una propuesta actual en Puebla, entre las escasas y poco difundidas en el ámbito cultural de esta ciudad, que sin embargo, el reportero en su nota se refería a pinturas de factura abstracta que revelaban el proceso de aprendizaje en el que se encontraban... Absoluto desatino.

Cada día se difunde más una crítica incapaz de afirmar nada negativo hacia cualquiera por interés propio, que funciona como componente promocional de la obra, parte del contrato de publicidad con la revista en cuestión, o simplemente que realizan un mal periodismo, limitándose a rescribir los boletines de prensa que las instituciones expositivas envían al periódico, por no mencionar a muchos que escriben en la sección de Cultura sin tener idea de lo que tratan. O la crítica de arte con textos en una tendencia de ornamento artístico y descriptivo con el único valor del poema, sin función concreta convirtiendo la reseña en una poesía de palabra pintada.

Los esquemas preconcebidos en modelos críticos que se mantienen en el área de la crítica de arte son causa, también, de la situación actual. Pero donde los críticos periodistas fracasan es precisamente en las áreas donde las categorías artísticas se funden o sus fronteras son cruzadas. Y es en esta área donde el arte y pensamiento más importante de esta década tiene lugar. La década de los Noventa ha estado repleta de proyectos que retan las definiciones tradicionales del arte. En mi investigación doctoral ("La Pictotridimensión, proceso artístico diferenciado. Constatación en Nueva York, 1989-90". Universidad Complutense de Madrid, 1992) que examinaba la situación de las obras plásticas que se encuentran entre las categorías de la Pintura y la Escultura recogí más de 20 nombres ("Irregularly Shaped Painting, Irregular Shape Construction, Pictorial Structure, Shaped Canvas Painting, Wall Construction, Wall Sculpture, Sculpture on the Wall, Geometric Relief, Painted Relief, Constructed Relief, High-Relief Work, Freely Painted Metal Relief, High-Relief Painting, Sculptured Painting, Painting-Sculpture, Half Painting, Half Sculpture, Three Dimensional Painting, Constructed Painting, Assemblage") refiriéndose a ellas sin existir un sustento teórico para tal nomenclatura. El arte actual plantea problemáticas al alejarse de esquemas previos en una absoluta disolución de géneros y disciplinas.

Por ello, hallar las condiciones que definen una obra de arte se hace más necesario en la actualidad para poder abordar las obras desde un punto de vista teórico. Los artistas empujan los límites de la historia del arte y la definición de lo que se considera arte. En la práctica de la crítica el cuestionamiento sobre la esencia de una obra de arte es decisivo. Sin un modo como identificar las obras de arte, no se sabe responder ante ellas apropiadamente. Las teorías del arte se encuentran en continua revisión y replanteamiento obligando a una actividad crítica dinámica y abierta acorde a la situación posmoderna y de duda en la que estamos inmersos. La que actualmente aparece más válida como teoría del arte general es la que denominan "De Procedimiento" por la que una obra es arte si el mundo del arte la trata como arte. La pertenencia al mundo del arte se da, en palabras de Arthur Danto, "participando en el discurso que lo define" ("The Madonna of the Future" Farrar, Strauss and Girous, New York 2000)

Con esto se presenta ya un componente por el que se aprecia que la crítica ejercida por el artista posee una aproximación distinta de la crítica procedente de la Historia, la Filosofía o la Psicología, sabiendo entender "desde dentro" el procedimiento conceptual y advertir la entidad de la obra de arte, aun cuando no responda a esquemas funcionales previos.

El hecho artístico contemporáneo, con su fracturación y multiplicidad de discursos, impulsa a una revisión de la actividad crítica en las artes plásticas. Una de las condiciones que debe poseer la crítica para ser vital es la capacidad de involucrarse en su propia esencia. Implicarse en el cometido de la creación y participar en el apoyo de la crítica de arte está garantizado por aquellos artistas escritores que sienten la "llamada" de la crítica como vocación propia. Para estos escritores, la conflictiva arena del arte contemporáneo no es algo extraña, algo distinta, sino su propio mundo. Afirma Wayne Koestenbaum que "La crítica es una respuesta a un conocimiento apasionado" ("Why bully literature" en "The crisis of criticism" Editado por Maurice Berger. The New Press. New York 1998, Pág. 95) La crítica exige esa "llamada" que surge naturalmente en el interior del que practica una disciplina y que le hace proponer direcciones para la cultura y la estética, y se siente impulsado a corregir desatinos. El pluralismo en la etapa actual del arte precisa una actitud crítica muy diferente de la que se ha ejercido hasta ahora.

En los últimos años se ha producido entre los críticos una conspiración de silencio no oficial que ha dañado la profesión. No está basada en mutuo respeto y soporte sino en pereza y autoprotección (Michael Brenson. "Resisting the dangerous journey: the crisis of journalistic criticism" en "The crisis of criticism" editado por Maurice Berger. The New Press. New York 1998, Pág. 101) La práctica de la autocrítica está ausente a menudo en la crítica del arte que, sin embargo, es una cualidad que un personaje artista-creador lleva regularmente a cabo en un acto introspectivo autocrítico permanente como Baudelaire sostiene, refiriéndose a los poetas, que donde hay arte siempre habrá crítica desde que hacer arte demanda pensamiento crítico por sí mismo: "Todos los grandes poetas naturalmente, inevitablemente llegan a ser críticos. Lo siento por los poetas guiados tan sólo por sus instintos. Los considero incompletos. En la vida espiritual de los grandes poetas, una crisis se perfila que les lleva a examinar su arte críticamente, para buscar las leyes que los guía." ("Richard Wagner and Tannhauser in Paris" en "Baudelarie: Selected Writings on art and literature" P.E. Charvet. London. Penguin 1992) Así mismo, Roland Barthes afirma del deber de la crítica en criticarse a sí misma y que, señalo una vez más, es la faceta natural del artista-creador: "Toda crítica debe incluir en su discurso (aunque sea del modo más velado y más púdico) un discurso implícito sobre sí misma; toda crítica es crítica de la obra y crítica de sí misma" (Qué es la crítica "Ensayos críticos" Ed. Seix Barral. Barcelona 1967)

Esta idea que un artista se encuentra en posición privilegiada para abordar y aproximarse a la crítica de arte con especial privilegio al poder contemplar la dimensión del arte "desde dentro" y "desde fuera" ha sido sostenida por varios autores. Damián Bayón ("Qué es la crítica de arte" Ed. Columba, Buenos Aires, 1970 Pág. 80) enumera una cantidad de artistas que se han dedicado a la actividad reflexiva teórica y crítica en el pasado y reitera en sus páginas que "Cuando un artista es capaz de pensar bien y de expresarlo, su testimonio tiene un valor inestimable. Pero hay que reconocer que esa -rara avis- no abunda". Raquel Tibol afirma en entrevista al explorar la dicotomía entre artista-crítico y crítico-crítico (Revista "Tierra Adentro" no.107. México. Diciembre-Enero 2001 Pág. 33) que "se puede y se debe ser artista y crítico, sé perfectamente hasta qué punto se puede ejercer ambas funciones". En su respuesta repasa varios nombres del panorama mejicano actual de artistas que escriben crítica de arte: Abraham Cruzvillegas, Abaroa, Yishai Jusidman, Felipe Ehrenberg, Fernando González y Maris Bustamante que también hace programas de radio.

Se acostumbra a desdoblar las funciones creación / reflexión repartiéndolas entre dos sujetos distintos: el artista y el crítico. Pero, por lo general, los críticos historiadores se desplazan con propiedad en el arte antiguo y moderno o en el contemporáneo enraizado en esas fuentes, o los críticos inclinados a la teoría crítica y los críticos socio-culturales tienden a responder más a convenciones preexistentes de sus discursos que a las texturas vitales y las personalidades del arte. George Kubler ("La configuración del tiempo" Alberto Corazón editor Madrid, 1970 Pág.84) afirma que "... los estetas aprenden poco del arte, preocupados más con cuestiones filosóficas que artísticas".

Es abundante el número de artistas que circulan como teóricos y actúan, así mismo, como críticos en el panorama del arte de Nueva York. El mismo crítico de arte de la revista de publicación nacional "Newsweek", Peter Plagens, es pintor. Y es que, ¿Quién sino el mismo artista reúne en sí los componentes cognoscibles y prácticos de la disciplina que conoce "desde dentro" y puede ver "desde fuera" comprendiendo los elementos de norma y transgresión. La transgresión y provocación son práctica común en la actividad artística como afirma José Manuel Springer "Los límites de la provocación ya no son marcados por las buenas costumbres o los límites de lo que se considera artístico" (Artvance, no.4 www.alo.com/artvance) Esta familiaridad con los extremos entre la norma y la transgresión es lo que proporciona al artista la posibilidad de ejercer una crítica de arte con acierto, efectiva y congruente con la situación actual. El artista ha de moverse entre las convenciones desde las que se ha desarrollado en su formación académica o pseudo-académica y las nuevas propuestas provocativas que su actitud creativa le indican. Por eso puede percibir con especial sagacidad, no sólo el advenimiento de propuestas transgresoras válidas, sino juzgar su coherencia y ajuste a la idea del arte desde la que se conforman.

El papel que el artista debe asumir hoy en día le capacita para, no dejando de ejercer la función autorreflexiva, pueda servir de mediador e intérprete para expresar y comunicar su empeño -¡Quién mejor sino el propio artista!- y desde todo ello abordar la tarea más ingrata, la evaluación, la emisión de juicios críticos, que es el rol del crítico, para la que se requiere un carácter y dedicación especial.
Carlos Jarabo "Johnny Remora exasperándose a si mismo, mientras el contrabajista, negro, observa alucinado como el pianista desgrana las notas con sus muñones?
No respaldo que todo artista pueda realizar tal tarea. Hay muchos ejemplos de cómo los artistas aun siendo buenos creadores cuando hablan de su arte hacen invariablemente "literatura" o se encierran en su individual manera de comprender el arte, resultando incapaces de distinguir adecuadamente la mascarada. En 1987 nos presentamos a la II Bienal de Pintura de Murcia en España varios compañeros, licenciados todos de Artes Visuales y con un decente desarrollo de obra artística. Un amigo común, con inclinación musical y estudiante de Leyes, quiso unirse con un cuadro que había pintado sin compromiso y de juerga un día en una sesión musical. En un lienzo de formato mediano representaba un grupo de música Jazz tocando varios instrumentos. Figuras deslavazadas y color sucio con el descuido que su ignorancia pictórica y la borrachera le permitió. Eso sí, tuvo la gracia de ponerle un largo párrafo como título ("Johnny Remora exasperándose a si mismo, mientras el contrabajista, negro, observa alucinado como el pianista desgrana las notas con sus muñones") Éste fue el único entre nosotros que salió seleccionado en la muestra de la Bienal apareciendo su cuadro en el catálogo. Consiguió embaucar a todos los miembros del Jurado, varios de ellos reconocidos pintores (Antonio López, Luis Gordillo, Ramón Alonso, Juan Manuel Bonet, Simón Ros, Marcos Salvador) Este amigo no volvió a pintar un cuadro. Hasta donde sé, es notario y toca el saxofón.

Varios autores se han adentrado en la discusión de los papeles correspondientes al critico y al artista. Donald Kuspit afirma que el crítico es un artista: "Solía ocurrir que uno pensara del crítico como artista, sino es que ya era un artista. Ahora es inevitable que uno reconozca, sin embargo, a regañadientes de ambos críticos y artistas, que el crítico es artista, en el más completo sentido que la corroída idea de "artista" contiene" ("The critic is artist. The intentionality of art" Ann Arbor UMI 1984)

Distintamente que Kuspit, Thomas McEvilley retiene la idea de la primacía del artista, pero como Kuspit, tampoco le otorga al artista una facultad crítica. En su columna de Artforum (Artforum 1988) responde a Richard Milazzo cuando éste afirma que la función del crítico ha quedado obsoleta al adentrarse la práctica artística como labor crítica. McEvilley responde: "El reclamo de que la crítica es obsoleta porque el arte se ha transformado en crítico tiene tanto sentido como decir que el artista esta obsoleto si la crítica es escrita artísticamente." Estos dos críticos de arte de procedencia filosófica, Kuspit y McEvilley, que han impulsado y elevado la crítica del arte últimamente, tan sólo conceden al artista la capacidad de realizar una declaración crítica con la producción de su arte.

El corpus tradicional y sistemático de la Estética en la que se sustenta la crítica vacila y resulta incapaz de adecuarse a las modificaciones que el discurso del arte actual plantea vertiginosamente. El crítico de arte proveniente de ramas de Historia o Filosofía, instalado en esquemas teóricos previos, resulta inoperante en la realidad actual para la que el entendimiento de la transgresión ha de ser elemento equiparado con la propia norma.

La implantación de nuevas tecnologías, procesos y presentación en el arte sitúa al artista-creador en una posición privilegiada. Esta nueva condición del arte permite al artista como nunca antes colocarse "desde dentro" y "desde fuera" para ejercer la crítica de arte, siempre y cuando sepa posicionarse en la distancia conveniente para un juicio crítico-evaluativo de la realidad de la obra artística y situarse para responder a las funciones interpretativas y de mediación de la crítica.