Voces del cuerpo.
Muestras de artistas jóvenes de la UDLA

Ramón Almela. Doctor en Bellas Artes

En una cultura enfocada a la prosperidad y a horizontes sin límites, la reflexión sobre el cuerpo se presenta inevitablemente. El cuerpo es nuestra medida y nuestra referencia. Los límites y el sufrimiento son las coordenadas. La idea de nuestra realidad perecedera y la percepción de los acontecimientos provienen de nuestro cuerpo. El cuerpo se hace a imagen de nuestras vivencias. La representación de la problemática corporal fue una dominante en los discursos plásticos recientes en el panorama estadounidense. Y puede comprobarse su extensión en las realizaciones plásticas de los jóvenes actuales en Mexico. La fotografía ahonda especialmente en este tema como señalaba en un artículo reciente: ?Apuntes sobre el cuerpo en la fotografía de desnudo? y en estos días hay que referirse de nuevo a las expresiones artísticas con esta connotación de utilización del cuerpo o su referencia en sendas exposiciones.

Varias muestras de alumnos de Artes Plásticas de la UDLA coinciden en esta actitud de inclusión poética del cuerpo o su temática. Confrontarse con sus obras conlleva una reflexión sobre el nivel de la enseñanza adquirida, al tiempo que una elaboración reflexiva sobre sus propuestas. Hay que entender que todos se hayan en etapa formativa, pero a través de sus piezas puede atisbarse un deseo de búsqueda inquieta o una complacencia estética en la manufactura conocida.
?Propuestas Opuestas? reúne a diez estudiantes en la Sala José Manzo de la Casa de Cultura (5 Oriente, 5. Centro Histórico. Puebla) Y al mismo tiempo, Ana Paula Martínez expone en el Lobby del Colegio Ignacio Bernal, y José Ramírez y Claudia Cuevas en el Colegio José Gaos de la Universidad de las Américas-Puebla.

Propuestas opuestas pretende abrir un diálogo estético buscando soluciones personales, lenguajes propios, con la esperanza de encontrar nuevas formas plásticas con la comprensión que estos artistas se encuentran en una etapa educativa y que en la actualidad no existen tácticas uniformes en la práctica artística contemporánea. Abordadas en su conjunto todas estas muestras revelan y dejan distinguir los aspectos positivos de las directrices de la enseñanza de la licenciatura de Artes Plásticas en la UDLA, pero también señalan uno de sus grandes problemas: Falta de calidad en la representación clásica figurativa. Cuando el alumno pretende hacer uso en la construcción de sus imágenes de la figura humana o recurrir a procesos tradicionales en el manejo del claroscuro realista, derrapan severamente. Estas muestras lo revelan nítidamente.

La obra de Ana Paula Martínez, expuesta en el colegio Ignacio Bernal, son pinturas al óleo sustentadas en el trazo de la pincelada y la disposición compositiva de cuerpos humanos desnudos con grades espacios vacíos que acorralan la figura a los extremos del lienzo, emplazados éstos en rincones de la sala distribuidos inusitadamente. Aunque su obra se carga de una alegoría efectiva en torno a la vivencia del ser humano, la pega en su obra nace de la representación utilizada. Sus figuras escasean de anatomía correcta cuando está pretendiéndola, y el dibujo de la figura a través de las formas de color resulta contradictorio. Y éste no es el único ejemplo de la imposibilidad de alumnos de la UDLA en representar apropiadamente la figura humana cuando lo están buscando. Carlos Ruiz en ?Propuestas Opuestas? también da muestras del mismo problema en los cuadros ?Close up? imágenes de torso femenino y senos, como en ?Fuerza-equilibrio? políptico donde dos brazos aparecen extendidos en una contraposición de blanco y negro. Y sin embargo, su escultura ?Los restos de Icaro? descubre la validez de su propuesta con la presentación de la ausencia del cuerpo en esas alas de papel con estructura de lámina de madera que domina en su extensión el espacio de la sala de exposición. Así también ocurre con Ernesto Cortés que en sus piezas pictóricas confluyen ahondamientos significativos de la imagen a través de la presentación del cuerpo humano como ilustración de un atlas visual anatómico, o como retazos de deseos con la apropiación de imágenes del recuerdo, pero que flojean en el manejo del claroscuro pictórico realista cuando están pretendiéndolo. Sin embargo, el concepto prevalece con más intensidad cuando se aleja del manejo figurativo como en ?De la serie Art deco-orativo: barroquismo? las letras, las palabras, las frases van definiendo las figuras sobre una tela bordada de fondo donde se entrelazan y llegan a sobrepasar el formato del lienzo invadiendo la pared. Los escritos que dibujan las figuras son cavilaciones sobre la inutilidad del arte, su característica de mercancía y reflexiones del propio autor. Estas afirmaciones escritas de su obra enlazan con los textos de Juan Acha enmarcados en la instalación-altar de Fernando Serrano donde un reclinatorio presenta un espacio de adoración al billete de dólar americano, disquisiciones sobre la adoración capitalista, los museos y la indigencia artística y los bienes (sintomáticamente mal escrito como ?vienes?) culturales.
Adriana Perea se desenvuelve sin grandes aportaciones en un lenguaje abstracto expresionista reminiscente de Franz Kline y Motherwell. Obra sin duda correcta en la disposición de manchas compositivas, pero que denotan un estado exploratorio-formativo aún incipiente.

La imagen humana es interpretada de modo tradicional, pero particular, por Alina Cruz que sintetiza el trabajo de la figura en litografías donde el dibujo ondulado del movimiento femenino con trazo caricaturesco satura el espacio representativo en una tinta monocromática. Y la interpretación de Christiane Sellon con sus volúmenes en piedra y terracota, aunque sobre todo destaca con ?Morfología IV? que articula la distorsión de planos en la figura humana a través de unos tornillos que la atraviesan. En la escultura, así mismo, hay que nombrar las piezas de Ricardo López que estruja el juego de la madera y sus formas abstractas y que en pintura presenta un políptico interesante en consonancia con el espíritu que parece regir la exposición: La dialéctica del cuerpo. Su construcción pictórica se apoya sobre volúmenes coloridos desplegados sobre el plano con espuma de poliuretano y pigmentos, una sorda metáfora a las vísceras del cuerpo. Y Lourdes Gil manejando tintes orgánicos sobre papel, que presenta en el enmarcado espacio del lienzo creando una atmósfera sombría apoyada en iconografía de células que contribuyen a una preocupación por nuestro entorno biológico corporal.
Karla Hernando con sus excelentes piezas pictóricas ?De la serie Karokana? de dos tableros de ajedrez da juego con sus espacios negros a una caleidoscópica compartimentación de detalles de rostros y manos humanas. Su discurso se asoma desde aquí con la gruesa capa de barniz a una serie de polípticos ?De la serie Chip...? donde los circuitos, que evocan las placas soldadas que componen el corazón electrónico de toda maquinaria, aparecen como estructuras latentes y con la que concierta su propuesta bidimensional acerca de nuestra esencia infundida del atractivo cibernético actual.
Varias propuestas merecen la atención en su esfuerzo de delinear los límites de la corporalidad en una reducción de las referencias plásticas potenciando su significación. Ejemplar el proceso de Ximena Hermida que elabora con bolsas de té una vestimenta vacía; de nuevo la representación del cuerpo ausente. Reiteración de las sensaciones del revestimiento y lo transitorio del cuerpo a través del vestido. Y en el colegio José Gaos exhiben conjuntamente en diálogo obra fotográfica José Gustavo Ramírez y Claudia Cuevas. Sus piezas crean una contraposición difícil de leer en un principio, hasta que el dato de las piezas fotografiadas por J. Gustavo Ramírez se revela: entresaca detalles de fotografías de muñecas de porcelana que encontró en una revista. Las marcas de procedencia, la piel, una vez más alegorías en referencia al cuerpo humano abordadas desde la complicidad del juguete como así también lo hace Claudia Cuevas en sus fotos de muy pequeño formato distribuidas en combinación con las de Gustavo y que se suceden en grupos como narración manifestando un humor erotizado. Son imágenes de muñecos extraídas de un imaginario edén infantil que sin embargo provienen de una mirada perversa involucrando los recuerdos con los deseos y complacencias ingenuas.

Exposiciones todas que revelan una generación en formación y una institución universitaria en Puebla, la UDLA, que consigue incentivar la reflexión y la inquietud de búsqueda en la laberíntica situación actual de las artes plásticas pero, que está dejando de lado el desarrollo del dominio básico formal en la representación de la figura humana en Dibujo y en Pintura como estas muestras atestiguan y más de un alumno lo ha expresado anteriormente.