Te llego a tocar. Mi mente se despliega intensa y se instala en ese maravilloso lugar de tu sensualidad amorosa. Quiero tus labios tan dulces desbordando mi piel, perdiéndose en sus recovecos secretos y, voraces desesperarse cuando reconocen mi cuerpo dispuesto para ti. Quiero navegar tu piel, nadar en tu cuerpo, atravesar tus senos desde la costa de tu vientre y zambullirme entre los acantilados de tus muslos para hundirme en tu gruta subterránea que me aguarda húmeda y reservada, delicia única de sensualidad cristalina en la que desaparezco absorbido por tu amor.
Embate de tu piel desnuda
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Ramón Almela
eroletras@criticarte.com |
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Publicado el 11 de Octubre de 2009
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