Puedo acercarme sigiloso a tu desnudez callada y hacerla hablar, provocarla, sorprenderla con mis manos. La chispa de mi lengua enciende tus pezones que regresan enderezándose sobre tus pechos. Esos senos que mis mejillas acarician y a los que me aferro con tozudez con el dominio de mis dedos. Me los entregas en esa fiebre pasional que te hace olvidar el pudor. Hermosa, danzas y te pegas a mi torso, te mueves abriendo tus piernas, extendiendo orgullosa tus miembros. Hiedra que se enreda en mis muslos y avanza deslumbrante mientras admiro esas formas que estallan en amor cuando nuestros labios se inundan de nuestras almas.
La chispa de mi lengua
Ramón Almela
atc@criticarte.com
Publicado el 20 de Noviembre de 2007
Ramón Almela
atc@criticarte.com
Nuestras miradas, atraídas buscando la belleza, se envuelven en un extendido disfrute. Saberte contemplada con regodeo y placer, saber que mi mirada te penetra como te penetraré al momento, trastorna tu sentir pues te poseeré con la fuerza de mi deseo constante, nunca satisfecho, que se renueva en tu desnudez abierta. Tu vientre anticipa las convulsiones, tu sexo se humedece cuando mis dedos recorren tus muslos dibujando esos volúmenes tendidos y dispuestos: la forma de tus nalgas que ahora serán mi objetivo incansable entre mis manos, mi boca y la fuerza de mi pene poseyendo los caminos de tu vientre.