Fundamentos del arte del siglo XX

Mario Rodríguez Guerras
ESPAÑA
Mondrian. "Composition with red, black, blue, yellow and grey". 1920
I. El origen de las vanguardias
Para entender el arte que comprende desde el siglo XX hasta hoy debemos considerar dos cuestiones: el hombre que lo realiza y la definición del arte.
Kandinsky. "First abstracto watercolor ". 1910
Mondrian. "Composition in blue, grey and pink". 1913
Podemos considerar al hombre de esta época, al menos en lo que afecta a sus creaciones, por dos aspectos: en primer lugar, por la exigencia de mayores precisiones en sus definiciones, es decir, por una creciente fe en la ciencia y en la razón. Pero, en segundo lugar, por una consideración a las formas incluso antes que al contenido.
Malevich. "Suprematist variant of painting". 1919
Kandinsky. "Black spot I ". 1912
En cuanto al arte, podemos hacer la siguiente definición en su aspecto externo: es la trasformación de la materia mediante el uso de una técnica para realizar una representación. En su aspecto interno, es la aspiración a presentarnos una idea.
Tapies "Blanco con manchas rojas". 1954
Dubuffett. "Barba de los combates". 1959
Cuando Maurice Denis estableció que un cuadro era, antes que la representación de una escena, una superficie cubierta de colores, estaba estableciendo, no la definición de la obra de arte, sino la necesidad de estudiar la obra de arte y, además, de hacerlo conforme a las exigencias del hombre de su época, es decir, mediante principios racionales o ideológicos.
Marcel Duchamp "Fountain". 1917
Kandinsky "La cantante". 1903
La pintura abstracta apareció en la misma época que el Cubismo y el Expresionismo, pero causó mayor desconcierto que estos otros estilos porque en ellos se observaba una representación y se creía ver una especie de continuidad en la historia de la pintura figurativa. Por ello, el Expresionismo y el Cubismo parecían estar justificados históricamente. En el arte abstracto no existía referencia a ningún objeto de la realidad y no se podía entender el sentido de un arte que no tenía en cuenta el mundo que nos rodea. Pero, en realidad, los tres nuevos estilos nada tenían que ver con la historia de la pintura, que acababa de realizar un quiebro en la evolución del arte donde se había abandonado el interés original de la pintura; el de realizar una representación de la realidad que nos rodea, para proceder a estudiar de qué forma se realizaba esta representación a través de la obra de arte.
Braque "Viaduct at L'Estaque". 1908
Braque "Mujer con mandolina". 1910
La pintura abstracta se ocupa, precisamente, del primero de los aspectos que hemos incluido en la definición de obra de arte, el de la materia, y en particular de una de sus cualidades, la del color. Como su nombre indica con toda propiedad, es una abstracción que se hace de la pintura pues se prescinde de los otros aspectos del arte, olvidando deliberadamente el objeto y la técnica, pues se centra en un aspecto y, como toda ciencia, debe tener presente una sola cualidad para poder analizarla sin las influencias que ejercerían sobre ella las demás cualidades que la alterarían dificultando la identificación de las propiedades particulares del color.
Gris "Retrato de Picasso". 1912
Braque "Still Life: Bach". 1912
Del Cubismo hemos dicho que parecía pertenecer, de alguna forma, a la tradición por su contenido, más o menos, figurativo. Pero el fundamento de este estilo sigue siendo un misterio hasta ahora que desvelamos que se ocupa de la segunda de las condiciones de una obra de arte, de la técnica de la representación. La representación había sido, durante cientos de años, una mera agrupación de figuras hasta que, en el Renacimiento, se desarrolló la perspectiva cónica. Pero al principio del siglo XX la representación no era una dificultad técnica, era posible representar cualquier cosa en cualquier estilo, ahora era una cuestión científica pues el problema no consistía en cómo realizar la representación, sino conocer los elementos que hacen posible una representación: las formas, los elementos y las posiciones relativas de los cuerpos. El Cubismo es, por lo tanto, el estudio de la técnica de representación.
Matisse "La danza". 1910
Kees Van Dongen "Amusement". 1914
Entre los Expresionismos incluimos el Fauvismo, pues están íntimamente ligados ya que no es otra cosa que la interpretación francesa del Expresionismo. Y es necesario hacerlo porque entre este estilo, el Puente y el Jinete azul, completan las formas de mostrar la superación del drama que constituye la vida mediante la aplicación de ideas sociales a las situaciones problemáticas, dando a entender que la sociedad nos proporciona las respuestas que buscamos. Como se comprende, estamos ante el estudio que realizan los artistas de principios del siglo pasado tratando la actitud que nos ofrece la figura que se representa en la obra de arte.
Kandinsky "La montaña azul". 1908
Marc "Grazing Horses IV (The Red Horses)". 1911
A la definición que Hegel ofrece de una obra de arte (idea, materia y figura) nosotros hemos añadido la técnica, y a las tres condiciones materiales necesarias para la existencia de la obra de arte (materia, técnica y representación) les corresponden, precisamente, tres estudios que, inconscientemente los artistas realizaron metódicamente según las exigencias de su tiempo: la ciencia y la sociedad.
Kirchner "Entrando en el mar". 1912
Heckel "Dia cristalino". 1913
El estudio realizado por los artistas para alcanzar esta conclusión fue llevado a cabo inconscientemente aplicando principios filosóficos, entre los más evidentes: los del principio de razón que nos presenta Schopenhauer en "La cuádruple raíz del principio de razón suficiente". De todo ello, lo más evidente y simple de comprender es que nada ocurre sin una causa, y de esta forma hemos encontrado las causas de las corrientes artísticas que desarrollaron las primeras vanguardias, demostrando que constituyen una unidad y explicando la necesidad de desarrollar precisamente todas aquellas corrientes prácticamente de forma simultánea puesto que estaban realizando la labor de explorar y profundizar científicamente la creación de una obra de arte.
II. La tendencia cientifista
Al tratar el tema de la tendencia cientifista se pretende hacer una justificación más profunda de la consideración del arte del siglo XX como análisis científico de la obra de arte.
Kandinsky "Improvisación 26". 1912
Las vanguardias realizan un análisis de la obra para determinar la esencia del arte. La variedad de estilos que generan las tres corrientes generadas son consecuencia de la necesidad absoluta de determinar los elementos que intervienen en la creación de la obra. Al generarse las vanguardias mediante un análisis científico consideramos que el origen de ellas es una tendencia cientifista del arte.
Malevich "Dynamic Suprematism". 1916
Kandinsky "Estudio para pequeñas alegrías". 1913
Podemos entender que, de la misma forma que la órbita de los planetas viene determinada por sus características y que, inversamente, el carácter de los hijos viene condicionado por el orden de su nacimiento, las corrientes del arte del siglo XX ocupan una posición y tienen unas propiedades impuestas por una ley. Esto, que ni siquiera ha sido imaginado por la filosofía o la crítica, es la conclusión de la aplicación de los principios filosóficos al arte.
Tapies. "Composición ". 1946
Dubuffett. "Le chien jappeur ". 1953
Schopenhauer en su libro "La Cuádruple Raíz del Principio de Razón", explica que nada ocurre sin una causa. Causa es aquello que produce necesariamente un efecto. El conocimiento que podemos tener de un fenómeno se produce gracias a tres facultades que posee el hombre: la sensibilidad, el instinto y la razón. La sensibilidad nos permite conocer las cualidades a priori del objeto: su posición en el espacio y en el tiempo. El instinto nos permite conocer los fenómenos físicos, lo que se identifica con la experiencia o percepción a través de los sentidos. Y la razón permite extraer conclusiones mediante juicios y conceptos. Esto permite al hombre tener tres tipos de información para comprender cada fenómeno, denominados Principio de Razón Suficiente (P.R.S.) del ser, del devenir y del conocer. La cuarta raíz que estudia Schopenhauer son los motivos, que no se presentan más que cuando existe consciencia, por lo tanto, sólo los posee el hombre. Cuando aplicamos esta teoría al arte del siglo XX vemos que es capaz de explicar su estructura, y ello es debido a que la mentalidad científica se ha extendido sobre el hombre y la manifiesta en sus actos.
La definición de arte: idea, materia, técnica y figura se corresponde con las formas de razón: Ser, devenir, conocer y obrar.

Los estilos que se desarrollaron a principios del siglo XX estaban completamente determinados una vez que el arte aceptó la máxima, una vez que el artista aplicó los principios científicos al arte: todo tiene que ser comprensible para que pueda ser comprendido ¹. Como ya hemos indicado, el estudio se realizó sobre los aspectos visibles de la obra: la materia, la figura y la técnica, y en ellos se va a aplicar el P.R.S. del devenir, del obrar y del conocer. A su vez, la aplicación de los tres principios de razón a la primera de esas cualidades, a la materia, tiene un fundamento filosófico y así, el P.R.S. del conocer permitiría conocer el objeto como fenómeno en el que se manifiesta la materia, dando lugar al arte conceptual. Por el P.R.S. del devenir, conocemos el estado actual de la materia, cuya esencia (o sustancia) es la que analiza el arte matérico. Y, finalmente, el P.R.S. del ser, que estudia la posición en el espacio y el tiempo, se ocuparía de los aspectos trascendentales de la materia y produciría el arte abstracto.
Braque "Gran desnudo". 1907
Gris "Torero". 1913
Igualmente, el artista del siglo XX aplicará estos tres principios al segundo aspecto material de la obra, a la técnica de representación, cuyo objeto es conseguir que la ejecución de la obra tenga una relación con la realidad que se pretende plasmar de tal forma que se pueda identificar y que en esa relación exista la mayor fidelidad posible, por lo que estudiará en profundidad: 1º, la posición de la figura en el espacio y el tiempo; 2º, la configuración actual de la figura; y 3º, la composición de la figura; y esto conforme al P.R.S. del ser, del devenir y del conocer como hemos dicho. El Cubismo trata de determinar cómo el artista construye las representaciones que nos ofrece, es por lo tanto la aplicación del principio de razón del conocer a la parte técnica de la construcción material de la obra de arte. Sus formas, el geométrico, el analítico y el sintético, se corresponden, según el principio de razón, con el estudio que en cada caso se está realizando.
Matisse "Peces y escultura". 1912
Vlaminck "Portrait of a woman". 1906
Tanto el estudio de la materia como el de la técnica de representación se ocupan de las mismas cuestiones: de la geometría, o posiciones en el espacio; de los cambios de la materia o de sus límites actuales; y del objeto en que se manifiesta o los elementos que lo componen. Cada uno lo hace en la forma que convienen a su estudio, pero siempre de las mismas cuestiones.
Marc " Cow, Yellow, Red, Green ". 1912
Jawlesky "Cerro". 1912
El tercer aspecto que estudia el arte cientifista es la figura que se representa. Esto sería la aplicación del P.R.S. del obrar, de la motivación en su significación externa pues lo perceptible de esta forma de motivación es la expresión, que es la que se percibe y la que se representa. El acto que realiza y produce la imagen que se trasmite, es decir, aquello que se conoce mediante la percepción empírica, es consecuencia de unos motivos. El resultado de esta aplicación de la teoría al arte son los Expresionismos, cargados de contenido social. Descubrimos también, por razones distintas a las anteriores ², sus tres formas en el Fauvismo francés, el Jinete Azul y El Puente que constituirían el Expresionismo por excelencia.
Smidt-Rottluff "Camino otoñal". 1909
Muller "Dos mujeres sentadas en las dunas". 1922
Por lo tanto, las vanguardias, resultado de una tendencia cientifista por consistir en un estudio racional del arte, se han manifestado en tres movimientos diversos según el aspecto de la construcción del arte que en cada caso se ha contemplado. Cuando el artista se ha ocupado de la materia lo ha hecho insertándose inconscientemente en una corriente que podríamos denominar matericista. Cuando el objeto del análisis ha sido la técnica de representación, se hacía dentro de una corriente tecnicista. Y, cuando se analizan las actitudes que adoptan las figuras representadas podemos entender la existencia de una corriente figuracionista en la que parece existir una auténtica representación, si bien mirada de cerca, esta corriente es también un estudio teórico de esas actitudes y no un análisis de la vida.
Notas:

1.- F.Nietzsche, Sócrates y la tragedia, Nietzscheana: http://www.nietzscheana.com.ar/socrates_y_la_tragedia.htm . En la época de decadencia de la tragedia griega, Eurípides busca su trasformación al considerar que las obras anteriores no resultaban comprendidas. Así creó caracteres muy definidos pero menos profundos que los de Esquilo y Sófocles. Sus héroes son tal y como se muestran, pero demuestran no ser más que esa manifestación.

2.- La justificación razonada de esta conclusión ha sido expuesta en artículos remitidos a varias revistas que no se han publicado y como información a numerosos profesores de arte, estética y filosofía, pero no es este el lugar de desarrollarla.

Sobre el autor:

Mario Rodríguez Guerras (España).

  • Profesión: Economista
  • Actividad profesional: 4 años Jefe de administración de varias empresas y 12 años gerente de otra sociedad.
  • Actualmete desempleado.
  • Intereses anteriores: El arte del siglo XX que acaba por decepcionar.
    Intereses actuales: La filosofía, Nietzsche. Schopenhauer sólo para entender a Nietzsche..
Publicado el 8 de Febrero de 2009