Willie Doherty. Fuera de Posición

Marco Morales. Maestro en Estética (artehoysintesis@yahoo.com.mx)

Este año el país invitado al Festival Cervantino es Gran Bretaña. Por ello, en el Laboratorio Arte Alameda (Dr. Mora 7, Col. Centro Histórico, México DF) se muestra, hasta el 28 de enero del 2007, la obra en video del artista norirlandés Willie Doherty. La posibilidad que ofrece la proyección de las seis piezas de Doherty –quien ha sido nominado en dos ocasiones al prestigiado premio Turner –, nos remite irremediablemente a pensar el arte hoy.

La propuesta de la exposición, Fuera de Posición, es clara, el mismo autor lo dice cuando se refiere a las imágenes proyectadas diciendo que "existen como objetos en una realidad distinta a aquella del momento de su fabricación (...) [s]u papel consiste en estar ahí. Ocupan su espacio en un presente incierto, un pasado que está en proceso de ser negado y un futuro sin historia." Se trata de una argumentación conocida, de hecho parecería más bien parte de una crítica de arte que intenta evitar un sesgo de carácter historicista. Más bien parece que se trata de instrucciones para "enfrentar" su obra. Sin embargo, es un procedimiento natural cuando se está frente a la obra de algún desconocido. El artista no nos dice nada. Parece una Trampa. Sobre todo al ver las proyecciones. Lo único posible es seguir sus indicaciones conscientes de ello o no. Ante las imágenes proyectadas sólo queda crear el presente y éste es de un enorme vacío y tedio. Es tramposo también porque esta "instrucción" apuesta a una experiencia subjetiva, en un contexto particular, acabando con la "universalidad" de esa experiencia. Ese punto donde coincidimos a pesar de nuestra subjetividad. Esto es, más allá de la propuesta de Willie Doherty, es justamente a través de la subjetividad y la comunión en ella de otros sujetos que la obra de arte se vuelve "universal", siendo esa propuesta innecesaria para ello.
Sin embargo, me parece, lo más interesante de la obra expuesta es justamente la contingencia de las situaciones proyectadas. Casi todas las videoinstalaciones exponen situaciones cotidianas, aquellas que en principio podrían ser tan ordinarias que por ello resultan intrascendentes y que, sin embargo, conseguirían no serlo. Sólo falta un evento que acabe con lo ordinario para volverlo importante, tal como sucede en Pasaje (pasaje, 2006, instalación monocanal, color y sonido, duración 3 min. En loop). Se observa a dos transeúntes caminando en direcciones opuestas, el movimiento de las imágenes; así como los gestos de ambos transeúntes causan la sensación de un posible encuentro desagradable. No es así, se cruzan y continúan su camino para volver a encontrarse ahora desde direcciones opuestas a la primera.
Willie Doherty "NON-SPECIFIC THREAT." 2004

La exposición nos convierte en paseantes, no por andar en el museo sino porque nos obliga a transitar en imágenes que siempre se mueven. No se trata del movimiento implícito en el medio que utiliza. Siempre en movimiento, los sujetos implicados en los videos transitan, ahora en auto como en el caso de Drive, (2003, videoinstalación en dos canales, color, duración 30 segundos, en loop) donde en una pantalla observamos a un hombre que maneja un automóvil a través de un túnel con los ojos abiertos, tal como lo haría cualquiera. En otra pantalla observamos el mismo busto, del mismo hombre en iguales circunstancias, donde el color rojo predomina, la única diferencia es que maneja con los ojos cerrados.
La invitación a transitar por la obra es clara al principio de la exposición. Se entra e inmediatamente observamos las imágenes de una cámara que toma el lugar de nuestros ojos. El efecto logrado de Sometimes I Imagine it`s my Turn (Algunas veces imagino que es mi turno, 1998, videoinstalación monocanal, color y sonido, duración 3 min. En loop) es como si se pasara de un espacio a otro naturalmente, de la sala del museo a una especie de bosque en el
otoño. Andando entre ramas secas, de repente nos topamos con un cuerpo tendido en el piso, lo observamos detenidamente para después continuar con nuestro camino. Este primer efecto causa optimismo, el cual desaparece conforme transcurre el tiempo. Por ejemplo en The Only Good One is a Dead One (El único bueno es el que está muerto, 1993, videoinstalación de dos canales, color y sonido, duración 30 min. En loop), percibimos un monólogo que difícilmente logra escucharse; nos encontramos ante dos pantallas, una frente a otra en diagonal. Una parecería la visión de un automovilista que maneja por un camino rural por la noche. En la otra, también de noche, con una cámara de visión nocturna, fija, observamos la calle de un vecindario, esperando que algo suceda. No sucede nada. Tampoco en el resto de las videoinstalaciones. Lo
Willie Doherty "Mended Fence. Belfast." 2005
contingente de las imágenes observadas resulta en un tedio y en la pregunta acerca de la propuesta que se tiene enfrente. No se logra entender cual es la pretensión del artista y ante ello también lo que permanece es un vacío. ¿Es, el aburrimiento, el sentimiento que quiere provocar? Después nos queda la configuración visual que no tiene nada de extraordinario ni en la técnica ¿Qué estamos presenciando? No parece proponer nada realmente, al menos no a través del conjunto de obras expuestas. Ahora entiendo porque no ha ganado el premio Turner.
Willie Doherty "Local Solution. Belfast." 2006
Publicado el 8 de Octubre de 2006